Pliegues y texturas, Sesión 1
Ejercicio terminado |
En esta nueva clase de
Pintura al Óleo te traigo un nuevo desafío: pintar pliegues de telas y
representar sus texturas.
¿Para qué sirve aprender
todas estas cosas? No sólo para mostrar adecuadamente el movimiento de las
telas en las vestimentas de nuestros retratados, sino también porque la técnica
que se ocupa es la misma que se utiliza para representar los pliegues y arrugas
de la piel. Además, en el interminable catálogo de telas con las que nos
podemos encontrar, cada una tiene sus diferentes texturas, características,
peso… que también conviene conocer cómo se trabajan.
Modelo |
Te propongo este modelo
que armé con telas y algunos de mis chales y bufandas. Puedes hacer lo mismo:
arma tu propio modelo y podrás pintarlo siguiendo mis indicaciones. En este
caso es un ejemplo casi monocromo: vamos a usar blanco y negro, carmín, rojo de
cadmio. También puedes agregar un naranja de cadmio, o bien amarillo de cadmio
y fabricar tu naranja con el rojo o el carmín. (Los cadmios son bien caros; si
no quieres invertir en este tipo de colores, busca el rojo o amarillo más
brillante que consigas.)
Estoy trabajando sobre
papel para óleo texturado, imprimado con Gesso.
En este ejercicio no hace
falta dibujar mucho. Apenas marqué las líneas fundamentales, con negro y
bastante diluido. Vamos a necesitar controlar muy bien la valorización (te lo expliqué aquí): para ello conviene pasar la foto de nuestro modelo a escala de
grises o blanco/negro.
Puedes observar en ella
que el valor más alto es sin duda el chal de encaje blanco. Es un blanco puro,
bien brillante. El valor más bajo es la tela negra y la sombra de mi chal de
terciopelo carmesí. La bufanda roja es el tono medio: aunque en términos de
color es el más brillante, su valor no es ni el más oscuro ni el más claro. Los
brillos de la tela negra y del chal de terciopelo son de valor alto pero no
tanto como el del chal de encaje. Todo esto lo tendrás que tener presente
mientras pintas este ejercicio.
El siguiente paso es
cubrir nuestro soporte, aplicando los tonos medios de cada tela, es decir: no
el tono de las sombras ni de las luces. En cuanto a la tela negra le
corresponde un gris medio; la bufanda roja la podemos pintar con un rojo puro.
Para el terciopelo, aplicamos carmín. El encaje requiere que pintemos primero
una base de gris un poco más oscuro que el de la tela negra. La idea es dejar
preparada esta porción y luego aplicar el blanco puro para los dibujitos del
encaje y no preocuparnos por lo que se ve a través del calado de la tela.
En esta etapa no importa
la dirección de la pincelada en cada pliegue pero sí el movimiento de la tela.
Por ejemplo, la tela negra cae de arriba a la derecha hacia la izquierda, más
abajo. Por encima cae el chal de terciopelo, pero debajo de la tela negra se
encuentra la bufanda roja. Cuando pintes la tela negra debes seguir el ritmo de
sus pliegues. Las sombras y los brillos del terciopelo los veremos al final,
pues es una textura más complicada para trabajar.
Recuerda siempre de
difuminar los límites, aunque se mezclen los colores. De esta manera cada zona participa
en cuanto al color con las adyacentes.
Después de este paso
podríamos seguir trabajando, aunque prefiero dejarlo secar un poco. Te seguiré
explicando el resto en la próxima sesión.
¡Te espero!
¡No
te olvides de limpiar la paleta y los pinceles!
Hoy
aprendiste:
- a componer un modelo de paños,
- y a trabajar según la valorización
Bibliografía
DOERNER, Max: Malmaterial und seine Verwendung im Bilde, 1985
MAYER, Ralph: The artist’s handbook of materials and techniques, 1991
©2022
Cristina del Rosso
Espero la segunda parte!!!! Saludos desde Argentina
ResponderEliminarDentro de unos días... Gracias por tu comentario!
EliminarYa tienes la segunda parte!
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