GRANDES RETRATOS DE LA HISTORIA
El género del retrato es uno de los más importantes y
considerados dentro de la Historia del Arte. Desde la época egipcia hasta la
aparición de la fotografía, los retratos fueron muy populares entre las clases
más pudientes de la sociedad, que como muestra de prestigio y, en la mayoría de
los casos, para perpetuarse en el tiempo, contrataban a los mejores artistas
para que su imagen fuera reproducida ya fuese en forma de pintura o de
escultura.
Hoy en día buscamos cuadros para salón cuando queremos
decorar nuestras estancias, pero durante mucho tiempo, la moda más popular
entre la alta sociedad fue la de decorar sus palacios con retratos de ellos
mismos.
Por ello, en La Cámara del Arte, vamos a hacer una pequeña
selección con algunos de los retratos palaciegos más populares de toda la
historia:
Retrato de la Duquesa
de Alba – Goya
Realizado en 1795 por Francisco de Goya, quien guardaba un
estrecho vínculo con la Duquesa de Alba que le llevó a retratarla en diferentes
momentos de su vida. La Duquesa murió apenas sobrepasados los 40 años en una
vida intensa que le llevó a casarse con 13 y a quedarse viuda con 34. En este elegante
retrato se muestra de manera fidedigna
la belleza de la protagonista, muy popular en la Madrid del siglo XVIII.
Retrato de Luis XIV -
Hyacinthe Rigaud
Se trata solo de uno de los múltiples retratos que se le
hicieron al que fue el monarca más popular de su tiempo, que llegó incluso a
contratar a Gian Lorenzo Bernini para que le hiciese un busto con su figura. El
de Rigaud, que traemos a colación, es seguramente el más conocido de los retratos
del rey francés. Fue encargado en principio como regalo para Felipe V, nieto
del rey, pero gustó tanto que finalmente se quedó presidiendo el salón del
palacio monacal.
Retrato de Inocencio
X – Diego Velázquez
Probablemente el retrato papal más popular de todos los
tiempos, más si tenemos en cuenta que cuando se ejecuta, en 1650, no era nada
habitual que un pontífice posase para un pintor extranjero como era Diego
Velázquez. Todo ello seguramente vino motivado por las importantes referencias
que traía consigo el pintor sevillano, uno de los mejores retratistas que ha
dado la historia del arte. El pintor Joshua Reynolds llegó a decir que era el
mejor retrato de toda Roma, e incluso cuenta la leyenda que el mismo papa lo
calificó como “demasiado veraz”.
Las meninas – Diego Velázquez
Y no podemos dejar de lado a Velázquez sin hablar del que es
su retrato más conocido y, seguramente, la obra de arte más icónica de España: Las
Meninas. Aunque conocido popularmente por ese pseudónimo que obvia un poco el
contexto del lienzo, en la familia se representa a la familia de Felipe IV.
Curiosamente, a pesar de la popularidad de la que goza a día de hoy, no fue
plenamente aceptado hasta el siglo XIX, cuando con la apertura del Museo del
Prado pudo empezar a ser copiado y se extendió por toda Europa, tratándose como
todo un adelanto al tiempo en que se hizo (1656), dada la imagen cercana y
atípica que logró transmitir de una institución tan seria como la monarquía.
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