COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LAS MANOS DE LA CUEVA DE GARGAS
- Título: Las manos de la cueva de Gargas.
- Autor/a Autores: Desconocidos.
- Cronología: 27.000 - 22.000 a. C.
- Estilo: Arte rupestre francocantábrico.
- Material o Materiales: Pigmentos naturales.
- Técnica/s: Soplado.
- Soporte: Pared de roca calcárea.
- Ubicación: Hautes-Pyrénées, Francia.
CONTEXTO HISTÓRICO
El Paleolítico es un amplio periodo que supone la primera
fase de la Edad de Piedra (precediendo al Mesolítico y Neolítico) y se divide en
Paleolítico Inferior, Medio y Superior. La cueva de Gargas fue habitada durante
el Paleolítico Medio y Superior coincidiendo con las culturas humanas
prehistóricas conocidas como gravitense y solutrense.
En el Paleolítico Superior (35.000 - 10.000 a. C), la
humanidad evoluciona al Homo Sapiens, homínido moderno surgido en África
hace unos 200.000 y que colonizaría todo el planeta. El avance de Sapiens
coincide con el declive de especies anteriores como el Neanderthal, que
desaparece hace 30.000 años por causas desconocidas, aunque recientemente se
demostró la posibilidad de hibridación.
Homo Sapiens desarrollaría herramientas líticas
sofisticadas y dejaría constancia de sus altas capacidades cognitivas a través
de manifestaciones artísticas y objetos de ornamento personal. Estos vestigios demuestran
la existencia de un pensamiento reflexivo y simbólico, de cohesión social y de transmisión
de aprendizajes colectivos.
ANÁLISIS FORMAL
La representación consiste en un grupo de seis manos reproducidas sobre la pared de la cueva mediante la impresión directa y en negativo de los propios miembros de los artífices. De este modo, el volumen de la mano queda vacío y se colorea su silueta en tonos rojizos, extraídos del ocre natural.
Cada mano tiene una fisiología diversa, lo cual determina
la participación de personas de distinto sexo y edad. Vemos
también que se trata de manos izquierdas, hecho que se debe a que los autores emplearon
huesos vaciados y ahuecados a través de los cuales soplaban para esparcir los
pigmentos a modo de un primitivo procedimiento de lacado o spray, de forma que
pigmentaban sobre la mano izquierda, apoyada en la roca, mientras sujetaban la
herramienta con la derecha.
La composición llama la atención por su iconografía y su
técnica, pero uno de los aspectos más controvertidos es la ausencia de
numerosas falanges en estas manos. Únicamente una de ellas conserva todos los
dedos mientras el resto presentan diversas amputaciones.
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
Las manos en el arte rupestre son un motivo iconográfico
realmente atrayente, con un significado oculto, pero con evidentes connotaciones
espirituales, sociales y personales. Aunque
nunca llegaremos a su comprensión plena, el símbolo maniforme se repite durante
el Paleolítico en distintas localizaciones, destacando grandes ejemplos en
Francia y España.
Un símbolo es la representación de una idea asociada a
una imagen concreta debido a algún tipo de relación establecida entre ambas. Como
apuntan los especialistas Malinowski, Boas o Jung, los símbolos paleolíticos
son resultado de una herencia social que manifiesta un sustrato común entre
culturas diversas y distantes entre sí, explicación aplicable también a las
representaciones maniformes.
Efectivamente, las analogías entre símbolos de diferentes
sociedades tienen una explicación histórica, pues atestiguan la vivencia de fenómenos
similares en distintas culturas, al mismo tiempo que están relacionadas con una
estructura mental común al género humano.
Investigaciones sobre diversas muestras como las de
Gangas, han concluido que la representación paleolítica de la mano tiene un sentido
mágico y sagrado con significación astral asociada tanto al sol como a la luna
(que es conocida por muchos pueblos primitivos como el sol de la noche). El
hecho de que mayoritariamente encontremos estos signos en negativo así como la
ausencia de manos derechas en grandes santuarios, hacen pensar que el procedimiento
en negativo fue intencionado, posiblemente por adecuarse mejor a las
características del objeto real representado.
Estas circunstancias apuntan a una asociación de los
rayos de luz a la mano, representándose la aureola de luz del astro mediante la
forma de la mano y las falanges iluminadas gracias al oscurecimiento del
espacio circundante. También los dos colores empleados en este tipo de obras,
rojo y negro, podrían deberse a una distinción entre el sol y la luna
respectivamente.
Este símbolo maniforme tendería progresivamente a la
abstracción, hasta transmutar en otro. Dicha hipótesis se fundamenta en la escasez
de manos en el arte esquemático posterior (Mesolítico) y la asociación
neolítica de los astros a otras formas, como los ojos figurados a modo de soles
en representaciones de la Diosa Madre.
CURIOSIDADES
Estudios clínicos como los de Sahly, concluyen que las
manos estaban mutiladas, una teoría basada en el análisis de huellas de muñones
que de los artistas dejaron sobre la roca al realizar las pinturas.
Sería muy habitual para estos pobladores paleolíticos
padecer diversos accidentes, atrofias o deformidades provocadas por las duras
condiciones de vida propias de la última gran glaciación (se baraja una gran
incidencia de poliartritis, la lepra, la enfermedad de Raynaud, la de Ainhum o
lepra). Pero también existen hipótesis
más inquietantes, como la de Clottes, que sostiene la posibilidad de la
recreación del trance en rituales chamánicos en los que las manos atraviesan la
pared de la cueva para penetrar en una dimensión espiritual. Asimismo, otros han
apuntado la posibilidad de que se tratara de mutilaciones autoinfligidas con
motivo de ritos sociales. No obstante, parece poco probable esta práctica entre
los pobladores paleolíticos, dada la importancia de las manos para la
supervivencia.
Para acercarnos a una interpretación, indudablemente
hemos de considerar la implicación de un pensamiento simbólico humano en
gestación. En este sentido, destacan las explicaciones del gran investigador
del arte del Paleolítico y principal teórico de la corriente antropológica
conocida como estructuralismo funcional, Leroi-Gourhan, quien sostuvo que las
pinturas de manos sin falanges podrían tratarse de un código expresado mediante
la flexión de dedos.
No cabe duda de que las manos de Gargas, tienen un sentido
social, pero también un sentido espiritual. Estos significados están relacionados
con el pensamiento abstracto, algo que no puede surgir si no hay primeramente
una autoconsciencia, un concepto de individualidad y una idea de sociedad.
El pensamiento simbólico tiene como evidencias claras ciertos
elementos: lenguaje, estratificación social, desarrollo económico, explicación
para fenómenos como la muerte, el nacimiento o la enfermedad, rituales como el
enterramiento, el uso de elementos embellecedores… etc. Las manos de Gargas probarían
que en etapas previas a los hitos humanos descritos, más propios del Neolítico,
ya había una manifestación de pensamiento simbólico primitivo.
Pero el pensamiento simbólico paleolítico es limitado.
Por un lado, no hay un lenguaje tal y como lo entendemos en la actualidad; por
otro, hemos de tener en cuenta que estos humanos solo podían pensar en lo
metafísico partiendo de lo físico, de lo que conocen, y por ello sus
representaciones tienen que ver con animales familiares o seres humanos. Igualmente,
consideremos que el contacto con ese sistema de nociones abstractas asociadas a
lo sobrenatural se experimentaría por estos individuos aferrados a lo natural en
ciertas situaciones relacionadas con los estados de conciencia alterados. Se
asocian tanto a los efectos de enfermedades o del aislamiento como a los
provocados por la ingesta de sustancias psicotrópicas en rituales chamánicos.
Lo simbólico nace de esta manera para dar respuesta a situaciones que exceden
la capacidad cognitiva del ser humano paleolítico.
Por último, vamos a destacar uno de los últimos hallazgos
referentes a representaciones maniformes prehistóricas, que viene de parte del
arqueólogo Snow. Snow se interesó por las investigaciones del biólogo Manning,
quien demostró que la morfología de las manos masculinas y femeninas presentan
diferencias claras en la longitud de las falanges: las mujeres poseen los dedos
índice y anular de un tamaño muy similar, mientras que los hombres manifiestan
una longitud de los dedos más dispar. Estos datos llevaron a Snow a estudiar
diversas impresiones de manos halladas en cuevas francesas y de la cornisa
cantábrica española. Tras los análisis comparativos basados en la teoría de
Manning, concluyó que más de un 70% de las muestras seleccionadas correspondían
a mujeres.
El estudio de Snow, publicado por la revista American Antiquity,
revive el debate sobre el significado oculto de estos símbolos y su autoría y también
sobre papel que ocupa la mujer respecto al nacimiento del Arte. Esta influencia
femenina tanto podría corresponderse al rol de artífice como al ya bien
conocido rol de objeto artístico mediante el cual expresar creencias relativas
al origen de la vida y la supervivencia del grupo social.
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
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marcha de la evolución humana. Madrid, 2009.
LACALLE, Raquel (1996): El símbolo de la mano en el
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RIVERA, Ángel y MENÉNDEZ, Mario (2001): Las conductas
simbólicas en el Paleolítico. Un intento de comprensión y análisis desde el
estructuralismo funcional. Revistas Espacio, Tiempo y Forma. Serie I, Prehistoria
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SANCHIDRIÁN, José Luis: Manual de arte prehistórico.
Barcelona, 2001.
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https://historia.nationalgeographic.com.es/a/primeros-artistas_8754/2
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https://revistas.usal.es/index.php/0514-7336/article/view/5151/5189
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