COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA RECOMPENSA DE QUIEN DICE LA VERDAD
- Obra: “The soothsayer’s recompense” o “La recompensa de quien dice la verdad"
- Autor: Giorgio de Chirico
- Cronología: 1913
- Estilo: Pintura metafísica
- Material o materiales: Óleo, lienzo
- Técnicas: Óleo sobre lienzo
- Soporte: Lienzo
- Ubicación: Museo de Arte de Philadelphia
CONTEXTO
Pintura metafísica
Giorgio
de Chirico es representante de la pintura metafísica, un estilo que surge como
reacción al futurismo. El futurismo reivindica, desde la pintura, la necesidad
de crear una nueva ciudad en base a una nueva sociedad: apropiarse del espacio
existente y amoldarlo a su propia experiencia de futuro, abandonado los
revivals y los nexos con el pasado.
Los
metafísicos, sin embargo, se paran a pensar si realmente es el espacio quien
necesita el cambio o es únicamente la mentalidad de la sociedad. Por ello se
ayudan de corrientes filosóficas como el existencialismo, que intentan
averiguar cuál es la función no solo del ser humano sino de cualquier objeto. Quieren
identificar cuál es la esencia de los espacios y de los objetos sin la acción
humana, para llegar a entender cómo el ser humano incide de forma determinante
en la configuración del espacio, en cómo son utilizados dichos espacios y en
cómo se entienden. Es decir, la ciudad
habitada como ciudad experienciada.
Lo
que harán estos artistas es vaciar los espacios de las personas humanas y
provocar una reflexión sobre qué sería de estos espacios si el ser humano no
los hubiese trasformado a su gusto y con intenciones propias.
En
las obras de Chirico la figura humana es inexistente o casi inexistente porque
no tiene rostro, es solo una silueta. Plantea el debate entre los conceptos de
lugar y no lugar. ¿Qué determina que un espacio sea un lugar? La vinculación
“emocional”. Sin la intervención del ser humano para dotar a un lugar de una
experiencia, ese lugar no es tal cosa. Los sitios que entendemos como lugares
lo son por nuestra propia experiencia. Si una plaza la vaciamos de la presencia
humana, pasa de ser un sitio a un no sitio, a dar miedo. Es la presencia humana
la que determina el espacio.
Los
metafísicos recuperan las referencias al mundo grecolatino que los futuristas
intentaban eliminar. La visión que se tenía de los monumentos es la que le
estaban dando las personas. Si quitamos toda acción humana de un espacio se
puede reflexionar mejor. ¿Qué sentido tienen los espacios sin ningún
condicionante del ser humano?
La
obra de Giorgio de Chirico fue un claro antecedente al surrealismo.
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Plaza italiana con fuente. |
ANÁLISIS FORMAL
En
una plaza vacía y de marcada geometría, vemos dos objetos opuestos: una estatua
de estilo clásico y una locomotora. Los dos espacios están claramente
divididos: en un primer plano, podemos ver varias construcciones con arcos de
medio punto, que recuerdan al arco romano si bien son más industriales. En el
segundo plano, un muro de ladrillo tapa parcialmente al locomotor, que deja su
humo como único rastro de movimiento en la escena.
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
Esta
obra contrapone la Antigüedad y la Modernidad para dar constancia de lo absurdo
que resulta el postulado teórico de que se debe destruir la ciudad para adaptarla
al futuro: la ciudad ya se adapta por sí sola a los nuevos cambios sin
necesidad de destrucción. También trata de la ambigüedad del tiempo y el
espacio.
La
escultura central representa a Ariadna, una heroína de la mitología griega.
Ariadna era princesa de Creta, y por tanto hermana del Minotauro. Cuando el
combativo Teseo llegó a la isla para dar muerte al horrendo ser, fue Ariadna
quien le proporcionó el método de salida del laberinto. Le dio un cordón
dorado, que Teseo se ató a la cintura, mientras que ella permaneció fuera del
laberinto sujetando el otro extremo del cordón. Cuando Teseo mató al Minotauro,
siguió el hilo de vuelta hasta la entrada, reencontrándose así con Ariadna.
A
cambio de su ayuda, Ariadna le pidió a Teseo que la llevase con él y la
desposase, pues su padre el Rey Minos no le perdonaría haber colaborado en el asesinato
del Minotauro. Teseo accedió, pero cuando realizaron la primera parada en la
Isla de Naxos y Ariadna se quedó dormida, Teseo aprovechó para irse y
abandonarla.
Al
despertar, Ariadna estaba completamente sola en la Isla. Este sentimiento de
soledad y de espacio vacío es el que quiere evocar Giorgio de Chirico en esta
obra.
Giorigo
de Chirico realizó otra versión de la obra, muy similar pero desde una
perspectiva diferente, en la que vemos la escultura y, detrás de ella, una
fábrica.
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
HOLZHEY, Magdalena. De
Chirico. Ed. Taschen.
VV.AA.
(2008). El siglo de Giorgio de
Chirico. Metafísica y Arquitectura. Valencia: Generalitat valenciana.
Museo
de Philadelphia: https://www.philamuseum.org/collections/permanent/51288.html
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