COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DEL PALACIO VÁZQUEZ DE MOLINA
- Obra: Palacio Vázquez de Molina, o Palacio de las Cadenas.
- Autor: Andrés de Vandelvira.
- Cronología: 1560-1566.
- Estilo: Renacimiento.
- Material:Piedra.
- Ubicación: Úbeda.
CONTEXTO HISTÓRICO
La ciudad de Úbeda ya
era importante en la época árabe, cuando fue creada entre el 822-852 por el
omeya Abd al-Rahman II y terminada por su hijo Muhammad I. Esta ciudad fue
considerada población avanzada del Al-Ándalus, por su importancia estratégica y
defensiva, además de su riqueza agrícola. Con la reconquista por Fernando III,
será una ciudad de vanguardia militar manteniendo su carácter de plaza fuerte,
con respecto al último reino árabe de la península que era Granada.
Con todo ello, empezará
a forjarse una población noble en la ciudad por concesión de privilegios y
donaciones de tierras. Así habrá una efervescencia económica con grandes
familias disfrutando la ciudad durante el siglo XVI de un esplendor donde se
impulsa la enseñanza. Las iglesias y los conventos se llenan de cuadros y se
mejoraron los hospitales. La ciudad se embelleció con edificios notables por
parte de las familias ricas de la ciudad.
Una de estas familias
será quien realice el Palacio Vázquez de Molina, obra promovida por Jun Vázquez
de Molina, secretario de estado de Felipe II. Es un palacio urbano, muestra
relevante de la arquitectura civil del Renacimiento andaluz de ascendencia
italiana, obra del arquitecto Andrés de Vandelvira. Comenzó a construirse en
1560 y finalizado en 1566. Otros datan que el edificio se acabó de construir en
1562, y en esa fecha comenzó la construcción de la iglesia para el convento que
se inauguró en 1566.
Ambas creíbles, pues
existen escrituras de 22 de agosto de 1567 cuando se funda en este palacio el
Convento de las Dominicas de la Madre de Dios.
ANÁLISIS DE LA OBRA
Este palacio, de planta
cuadrangular, está exento en sus cuatro lados. La fachada principal de tres
pisos con altura decreciente, siendo el piso inferior el de más altura. Dicha
portada se ordena mediante siete tramos horizontales de distinta anchura, yendo
en decrecimiento desde los extremos al centro, aunque el centro vuelve a ser
más ancho. Con ello consigue un efecto óptico de simetría, así como de solidez
de la edificación.
La portada se levanta
sobre un basamento rematado con bocel, con seis vanos cuadrangulares, uno por
calle excepto la del centro. En la planta baja, las calles se separan por
pilastras con el fuste rehundido y con capiteles corintios. En los
intercolumnios se encuentran ventanas cuadradas arrancando de una cornisa a
modo de peana. Debajo tiene mascarones de los que cuelgan paños recogidos en el
centro. Las ventanas son coronadas por una cornisa con remate a modo de
frontón, con flameros y molduras de hojarasca.
En el centro se
encuentra la portada adintelada rodeada con una moldura y un friso en la parte
superior, rematado por un frontón triangular decorado en el tímpano con un
clípeo. En los laterales se encuentran unas acróteras con forma de flameros. Rematando
el frontón encontramos dos ángeles sosteniendo el escudo con las armas de
Molina, Mendoza, Cobos y Carrillo.
Todos los pisos son
separados por una cornisa que diferencia perfectamente los distintos niveles
del edificio. En la primera planta encontramos la división por pilastras
jónicas con basa que albergan en los intercolumnios balcones flanqueados por
pilastras corintias, con una cornisa y entablamento que se remata con un
frontón triangular con un clípeo en el tímpano. Al igual que en el piso
anterior, este primer piso se separa del segundo por una cornisa con
entablamento.
El último piso, de
menos altura que los otros, se utilizan cariátides y telamones a modo de
soporte que portan escudos con heráldica sobre filacteria. Sobre las cabezas se
hayan una interpretación de capitel. Entre las esculturas encontramos ojos de
buey. Todo el conjunto se remata por una gran cornisa voladiza, y en los
ángulos se sitúan dos linternas. Ambas con seis columnas de orden toscano
sosteniendo una cúpula y rematada por un flamero.
Las fachadas laterales
siguen el mismo esquema que en la fachada principal, pareciendo una
continuación de la portada. La fachada trasera es de época tardía.
Al entrar por la puerta
principal nos adentramos en un amplio zaguán de ordenamiento dudoso, pues fue
convertido, casi inmediatamente acabada la obra, en capilla de nave única para
los cultos conventuales. Del mismo modo se llevó a cabo en este espacio una
cripta y una sala capitular. Más adelante, se encuentra el patio interior,
desplazado un poco hacía la derecha para solucionar el espacio de la escalera
en tres tramos. El edifico sigue la tradición romana y mediterránea de
distribuir las estancias en torno al patio central.
Este patio
cuadrangular, aunque más ancho en el lado de las puertas (13’30 x 12’65 metros),
posee dos galerías con arcos de medio punto en ambos pisos, con una moldura simétrica
en las arquivoltas y ménsulas en la clave. Estos se sostienen por columnas
esbeltas a la manera de la tradición nazarita, con capiteles corintios. A pesar
de ser un lado más ancho que otro, ambos poseen el mismo número de arcos
gracias al juego del espacio en el intradós de éstos. En las enjutas nos
encontramos con la heráldica familiar sobre filacterias. La galería baja es
cubierta en clave cuatrocentista con bóvedas de arista, y en los muros se
desarrollan una sucesión continua de arcos ciegos.
En el piso superior nos
encontramos un antepecho con forma romboidales y una cornisa como remate. Y la
galería alta es cubierta con un artesonado en artesa con gustos mudéjares, y en
los ángulos encontramos bóvedas baídas y arcos de descarga.
En este patio se
aprecia un juego de la bicromía que lo realza con la pétrea y marmórea fuente
central, las arcadas de piedra, y el mármol blanco de Génova de las columnas, y
la conjunción de arcadas ciegas y bóvedas blanqueadas, dándole una semejanza a
la Florencia renacentista.
CURIOSIDADES
En la sala capitular
del convento se conservan unos frescos alusivos a la Orden de Santo Domingo y
la lucha de la Iglesia Católica contra la Herejía. Estos se datan de 1595 y se
atribuyen a Pedro de Medina, en los que ayudaría su hijo Juan Esteban de
Medina.
Juan Vázquez de Molina
murió sin descendencia en 1570, por lo que una parte del palacio se cedió a la
congregación Madre de Dios de las Cadenas, y la otra parte a Juan Vázquez de
Salazar y Molina que era ministro del rey don Felipe II. En 1873-1874 se
establecerán las Casas Consistoriales, siendo hoy día la sede del ayuntamiento.
Además, en su ático, se encuentra el archivo histórico de la ciudad, con una
impresionante armadura de par y nudillo.
Este palacio cuenta con
el estatus de Bien de Interés Cultural y está dentro del conjunto monumental
renacentista de Úbeda declarado, junto a Baeza, en 2003 como Patrimonio de la
Humanidad por la Unesco.
GALERÍA DE IMÁGENES
BILIOGRAFÍA
TORRES BALBÁS, Leopoldo:
Ciudades hispanomusulmanas. Madrid, 1985.
MORENO MENDOZA, Arsenio:
El arquitecto Andrés de Vandelvira en Úbeda (Una aproximación a la arquitectura
del Renacimiento en la Alta Andalucía). Sevilla, 1979.
GUERRERO VILLALBA,
Carmen: Arquitectura del Renacimiento en las ciudades de Úbeda y Baeza. Jaén,
2002.
MOLINA HIPÓLITO, José: Guía
de Úbeda. Madrid, 1965.
REVILLA UCEDA, Miguel
Ángel: La arquitectura civil del Renacimiento en Úbeda. Granada, 1971.
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