COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE MAGDALENA PENITENTE
- Obra: Magdalena Penitente
- Autor: Pedro de Mena
- Cronología: 1664
- Estilo: Barroco
- Material: madera policromada
- Técnica: escultura
- Dimensiones: 171x52x61 cm
- Ubicación: Museo del Prado (Madrid)
CONTEXTO HISTÓRICO
Esta obra
está inmersa en el periodo Barroco (s.
XVII-XVIII) Es un movimiento artístico predominantemente religioso, siguiendo la
estela del Concilio de Trento, que fomenta la imagen de los santos, la Virgen y
los Sacramentos, sobre todo la Penitencia y la Eucaristía. Este predominio
de la religión es evidente en la escultura, creándose imágenes realistas que
acercan y cautivan al espectador con el fin de remover sus sentimientos. Este
tipo de escultura se realiza en madera policromada a la que se le añaden
elementos para marcar más ese realismo tan buscado: ojos de cristal, dientes,
uñas y pelo natural, coronas de espinas o joyas. A esto se le añaden los
estofados y encarnados, provocando el conjunto el retrotraimiento en el fiel. Este
efectismo barroco busca conmover al pueblo para atraerlo a la fe.
Pedro de Mena es el artífice de esta maravillosa
escultura. Nacido en Granada en 1628, era hijo del también escultor Alonso de
Mena. Formado en el taller de Alonso Cano, durante uno de sus viajes a la
corte, los Jesuitas le encargaron la realización de una Magdalena penitente
para colocarla en su casa profesa de Madrid. Actualmente la escultura está
cedida al Museo del Prado, pero es propiedad del Museo Nacional de Escultura de
Valladolid.
ANÁLISIS FORMAL E ICONOGRÁFICO
Es una de
las creaciones más personales de Mena y encarna el prototipo de mujer arrepentida
y penitente, mostrando esa penitencia en su rostro compungido.
Está
realizada en madera policromada y encarnada, vistiendo un rígido vestido de
hoja de palma atado a la cintura con una soga, siendo símbolo de sus años de
penitencia en el desierto.
Muestra a la Magdalena de pie, con ademán de caminar
al adelantar la pierna izquierda y teniendo como contrapunto los brazos, uno
extendido y otro pegado al cuerpo. Con la mano izquierda
sostiene un crucifijo y se lleva la mano derecha al pecho en un gesto de dolor
contenido.
El cabello
largo enmarca un rostro de gran dulzura, a pesar del gesto de dolor. Para dar
mayor realismo, Mena usó ojos de cristal y dientes de hueso. Originalmente tuvo
pestañas, pero desgraciadamente no han llegado hasta nosotros. Los mechones caen por el pecho y la
espalda y están realizados con hilos de mimbre tranzados, recubiertos de yeso y
pintados.
La mirada ausente y su rostro compungido reflejan el
dolor que siente al contemplar a Cristo muerto en la cruz.
La Magdalena
se sitúa sobre una peana, que es la original, en la que se puede leer la
siguiente inscripción “FACIEBAT ANNO
1664/PETRUS D MENA Y MEDRANO/GRANATENSIS,MALACE”.
En conjunto,
la imagen muestra gran simplicidad de formas y tonalidades ocres que van acorde
con la temática y el sentimiento que el artista quiere transmitir.
CURIOSIDADES
El tema de la Magdalena en la escultura es casi
inexistente, al contrario que en la pintura, representada en
numerosas ocasiones a lo largo de diversos periodos artísticos. Un ejemplo es
la “Magdalena
Penitente” de Georges de La Tour (comentario disponible en nuestra web)
donde se representa a la protagonista girada, no se ve el rostro y lo único alusivo
a su penitencia son los elementos que la acompañan: la calavera y la cruz.
En realidad, María Magdalena es el resultado de la unión
de varios personajes que están presentes en la vida de Cristo. Por una
parte encontramos a María, llamada Magdalena, de la que Jesús expulsó siete
demonios, siendo la misma que asistió a la Crucifixión, estuvo presente en la
sepultura de Cristo y en el momento en que éste se presentó ya resucitado. Otro
personaje podría ser María de Betania, la hermana de Lázaro. Por último,
encontramos a la pecadora que derramó permite en los pies de Cristo cuando éste
comía en casa de Simón el fariseo.
Esta tradición de María Magdalena como pecadora y mujer
de dudosa reputación promovida por la Iglesia durante siglos se basa en las
palabras del Papa Gregorio Magno, que en el año 591 (y apoyándose en las palabras
de Lucas el evangelista) dijo “la mujer pecadora
de la cual son expulsados los siete demonios, y que significan esos demonios si
no todos los vicios”. Esta concepción negativa fue anulada en
2016 por el Papa Francisco, nombrándola Santa, celebrándose su día el 22 de
julio.
Por último,
y como gesto de reconciliación con la figura de la Magdalena, la Congregación
para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos la consideró “la apóstol de los apóstoles”.
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
DE LA PEÑA
GÓMEZ, Mª PILAR; Manual básico de
Historia del Arte. Colección manuales UEX. Cáceres, 2008. Universidad
de Extremadura.
MARTÍNEZ
BUENAGA, Ignacio; MARTÍNEZ PRADES José Antonio; MARTÍNEZ VERÓN Jesús, Historia del Arte. Paterna (Valencia)
1998. Editorial
ECIR.
ARTE LA GUÍA
2000
EL ESPAÑOL
EL VIAJE DE
LA LIBELULA
INVESTIGART
LA CÁMARA
DEL ARTE
MUSEO DEL PRADO
Miriam Reyes
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