COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA MUERTE DE CLEOPATRA
Cleopatra
nació en el año 69 a.C. y una de las fechas en las que se data su muerte fue un
12 de agosto del 30 a.C. Durante sus 39 años de vida le dio tiempo a cambiar la
historia de su civilización y, posiblemente de todo el mundo Mediterráneo. Pese
a ser un símbolo del Antiguo Egipto no la podemos ver con esa imagen que se nos
transmite de la cultura egipcia, ya que fue la última gobernante de estos
territorios bajo la dinastía ptolemáica. Esta saga se establece tras la Alejandro
Magno en el siglo IV a.C. y siguió siendo gobernada por el mundo helenístico.
Cleopatra
intenta romper con ese mundo griego, ya que estos gobernantes no aprendían ni
el idioma egipcio nativo. Ella, en cambio, además de dominar el egipcio nativo
controló otras diversas lenguas con la intención de reunificar los territorios
perdidos en los últimos años.
Su
padre fue el faraón Ptolomeo XII que estuvo exiliado durante años en
territorios romanos junto a su hija Cleopatra, así comenzó a conocer el mundo
grecorromano. Los romanos lo utilizarían para intentar colocarlo de nuevo en el
poder de Egipto y controlar el territorio. En una de esas campañas militar, en
las que estaba presente joven Marco Antonio, estaría Cleopatra con 14 años. Ahí
fue donde se conocieron, pero esa historia la desarrollamos más adelante.
Ptolomeo
XII en su testamento dejó como coherederos a sus hijos Cleopatra y a Ptolomeo
XIII. Tras su muerte en el año 51 a.C., Cleopatra asciende al poder junto a su
hermano con varios problemas urgentes. Principalmente, la hambruna por las sequías
del río Nilo y las deudas que dejó su padre y que heredaron sus hijos con el
Imperio Romano tras sus apoyos militares. Muy pronto, la faraona rechazaría a
su hermano y asumiría el poder en solitario. Esto generaría nuevas tensiones,
ya que Ptolomeo XII no renunciaba a su herencia y se provocó lo inevitable, una
guerra civil entre los hermanos.
De
nuevo se cruzarían los caminos de Roma y Egipto para Cleopatra. En el año 49
a.C. César y sus tropas habían cruzado el río Rubicón desde las Galias para
dirigirse a Roma y vencer a Pompeyo. Curiosamente, tanto Cleopatra como
Ptolomeo XIII aceptaron ayudar a Pompeyo aportando barcos y tropas. No tuvieron
muchas más opciones, era una forma de pagar las deudas que tenían desde su
padre con Roma.
En
esta encrucijada entre hermanos en un principio Cleopatra fue vencida por su
hermano y no tuvo más remedio que abandonar Alejandría para recuperar fuerzas y
regresar con un ejército en condiciones. En este periodo, Pompeyo es vencido por
César, pero huye para refugiarse en Egipto con sus aliados ptolemáicos.
Ptolomeo XIII y sus consejeros temieron que Egipto se convirtiera en el terreno
perfecto para una guerra civil romana y decidieron organizar una conspiración
que acabara con la vida de Pompeyo en el año 48 a.C. Enviaron la cabeza del
general romano a César, con la intención de que sirviera para poner fin al enfrentamiento
y mostrar el poder de Ptolomeo XIII.
Lejos
de lo esperado, César tomó la decisión de marchar a Egipto, se estableció en el
palacio real e instó a Cleopatra y su hermano a solventar sus asperezas y gobernar
juntos. El dictador romano sintió pena por su contrincante, ya que consideraba
que su muerte no estaba a la altura del cargo que ostentaba Pompeyo. Muerte
desleal que sufrirá él mismo en un futuro.
Aquí
da comienzo una de las múltiples relaciones entre Cleopatra y el poder romano.
Ella decide acercarse a Julio César y ganarse su confianza. César pretende
repartir el poder entre los dos hermanos, pero por diversas tensiones
familiares acaban él y Cleopatra refugiados en el palacio real de Alejandría
mientras asedian el resto de hermanos la ciudad. Así fue hasta la llegada de
refuerzos durante un año en que César se alzó de nuevo victorioso y habiendo
dejado embarazada a Cleopatra en este periodo.
Siendo
ya dictador, César coloca a otro hermano de Cleopatra, Ptolomeo XIV, un niño de
12 años que evitaría pugnas por el poder, como cogobernante de Cleopatra. En el
año 47 a.C. daría a luz a su hijo Cesarión. César estaba casado con Calpurnia
en Roma, por lo que nunca hizo una declaración pública sobre su hijo, aunque de
eso ya se encargó Cleopatra con la clara intención de tener la protección de
Roma en su mandato.
Tal
era la vinculación entre ambos mandatarios que Cleopatra estuvo en la villa
romana de Julio César desde el año 46 a.C. hasta meses después del asesinato de
Julio César en el 44 con una intención evidente, que su hijo Cesarión fuera designado
heredero del dictador romano. Con lo que no contaba es que Julio dejó en su
testamento que su heredero sería Octavio, quien sería el primer emperador romano.
Cleopatra
no se vio con otra opción de regresar a Egipto. Tomó la decisión de matar a su
hermano Ptolomeo XIV envenenándolo y así colocar a su hijo Cesarión como corregente
junto a ella.
Lejos
de acabarse aquí la historia, Cleopatra se ve involucrada en el Segundo
Triunvirato de Roma en el año 43 a.C. Octavio, Marco Antonio y Lépido fueron
nombrados para restablecer el orden de la República Romana y encontrar a los
asesinos de Julio César. Uno de estos asesinos, Cayo Casio, recurrió a la reina
para solicitarle ayuda militar. Cleopatra evitó involucrarse poniendo de excusa
que tenía problemas internos en Egipto y no podía colaborar.
Marco
Antonio convocó a Cleopatra en varias ocasiones, consiguiendo finalmente
encontrarse con ella con dos intenciones. Una, aclarar que no había colaborado
con los asesinos de Julio César y segundo, conseguir entablar una relación
personal con ella. Tras demostrar que no había participado en el asesinato ni
en reforzar con tropas a ese bando, Marco Antonio visitó Alejandría en el año
41 a.C.
En
este periodo amoroso con Marco Antonio, Cleopatra tuvo nuevos herederos y
recuperó territorios para la dinastía ptolemáica gracias al poder que tenía el
cónsul romano. A diferencia de Julio, Antonio si reconoció a los gemelos que
tuvo Cleopatra en el año 40 a.C. Todas estas concesiones para Egipto se verían
frenadas con el enfrentamiento entre Marco Antonio y Octavio Augusto, principalmente
por el nombramiento de Cesarión como heredero de César cuando Julio dejó en el
testamento que él era su sucesor.
Esta
guerra tuvo un marcado carácter propagandístico por parte de Octavio que utilizó
la figura de Cleopatra como una mujer que influía en las decisiones de Marco
Antonio. Corrieron rumores y falsas acusaciones sobre la reina de Egipto que
fueron cristalizando hasta muchas llegar a nuestros días.
Todo
esto acabaría en un enfrentamiento militar en el mar Mediterráneo, la batalla
de Accio. Una batalla que con una flota mayor que la de Octavio se llevó a cabo
sin sus líderes, ya que tanto Cleopatra como Marco Antonio marcharon en
retirada dejando a sus tropas que continuaran lidiando contra Octavio. La reina
regresó a Alejandría y Marco Antonio fue a Cirene a por más tropas.
Aislada
en Alejandría y sin escapatoria, Cleopatra sabía que la única forma de mantener
su reinado era negociando con Octavio. Le solicitó mantener a sus hijos como
herederos y que permitiera a Marco Antonio vivir exiliado con ella en
Alejandría. El consejo que recibió de vuelta es que matara a Antonio.
Octavio
tomó la decisión de atacar en el año 30 a.C. después de ver que no
fructificaban las negociaciones. Cleopatra se encerró en su tumba y le envió a
Marco Antonio una carta anunciando su suicidio. El cónsul romano no pudo
soportarlo y acabó apuñalando su estómago. Una vez conocido el comunicado de
Cleopatra, acudieron a su tumba y evitaron que se quemara en su tumba. La reina
pudo dar entierro digno a Marco Antonio y fue llevada a palacio ante Octavio
Augusto al que le dijo “no seré exhibida en un triunfo”.
Octavio
no tenía intención de matarla, sino de llevarla a Roma para ser mostrada en un
paseo triunfal por la ciudad. Al enterarse Cleopatra del viaje que estaban
planificando opto por suicidarse, que como muestra la tradición popular fue con
la mordedura de una cobra. Su hijo, Cesarión sería nombrado como Ptolomeo XV,
aunque sólo reinaría durante 18 días cuando Octavio ordena que lo ejecuten para
poner fin a la dinastía ptolemáica. Egipto pasaría a ser una provincia más de
Roma. Octavio Augusto sería nombrado primero emperador de Roma en el año 27
a.C.
La
figura de Cleopatra fue representada en el arte antiguo en bustos, relieves de
monedas o incluso en la pintura pompeyana. Pero será a partir de la Edad Media
y Moderna cuando su figura se vuelve muy popular girando en torno a sus grandes
banquetes, erotismo y sobresaliendo la escena dramática de su suicidio. La
historia de amor con Marco Antonio es repetida en la literatura desde el siglo
XIV con “La leyenda de las buenas mujeres” de Geoffrey Chaucer, aunque una de
las obras más conocidas es la de “Antonio y Cleopatra” escrita por William
Shakespeare en 1606.
Será la cultura victoriana la que coja a Cleopatra como imagen, equivocada, del mundo egipcio en una etapa en la que la egiptología está en ascenso. Todo esto alcanzará su culmen con el mundo romántico del XIX donde autores como Théophile Gautier (1838) nos muestra una Cleopatra sensual y exótica. Aunque la temática que estamos tratando se refleja a la perfección en la obra “La muerte de Cleopatra” que realizó en 1829 el compositor francés romántico Hector Berlioz.
REPRESENTACIÓN DE LA MUERTE DE CLEOPATRA
Pietro
da Cortona
Es
en el Barroco cuando vemos que más se representa esta escena del suicidio de
Cleopatra. En el Museo del Prado conservamos un dibujo de Pietro da Cortona del
primer cuarto del siglo XVII, que no está expuesto, en la que el autor se
centra en la figura femenina que ocupa la mayoría del espacio para centrarnos
en la mirada dramática de ese último momento. Hay un trabajo detallado de los
pliegues de los ropajes. Hay un profundo claroscuro que permite acentuar la
expresividad que nos hace centrarnos en su mirada perdida más que en la
mordedura de la serpiente.
Artemisia
Gentileschi (Imagen de portada)
La pintora Artemisia Gentileschi realiza entre 1633-35 también una pintura centrándose en la figura de Cleopatra, pero no pretende mostrar el drama de la mordedura. Todo ya ha ocurrido y dos sirvientas encuentran como su cuerpo yace muerto en la cama, semidesnudo y con la serpiente como algo anecdótico. El interés está más en el trabajo del desnudo y mostrar la sensualidad del cuerpo femenino. Una de las razones por la que se representa tanto esta escena de Cleopatra. La representación del desnudo no estaba permitida por la Iglesia Católica que imponía su moral en cuanto a las obras artísticas, por eso se acudía a escenas que permitieran esquivar la prohibición a través de la temática, como es el caso de los crucificados, de San Jerónimo o la desnudez de Adán y Eva en el paraíso.
Guido
Reni
Otra
obra que podemos encontrar en el Museo del Prado de esta temática es la
Cleopatra de Guido Reni realizada hacia 1640. Se conocen varias versiones de
esta temática del mismo autor, por lo que se demuestra que era una temática muy
de moda en el siglo XVII. El pintor prefirió destacar el momento exacto de la
mordedura de la serpiente. Siguiendo los cánones del barroco destaca el
contraste del claroscuro, la teatralidad del momento recostándose y con la
mirada al cielo y el juego de diagonales que permiten dar dinamismo a la
escena.
Guido Gagnacci
Aunque si de teatralidad hablamos habría que sacar a escena la obra de Guido Gagnacci de 1658 y que podemos contemplar en el Kunsthistorisches Museum de Viena. Cleopatra yace en su trono y coronada tras recibir la mordedura mortal. Aparece semidesnuda, recordemos que es una excusa ideal para representar un desnudo femenino y más con las constantes leyendas que corren por la cultura popular de su sensualidad y erotismo. A su alrededor, sus sirvientas muestran su dolor y sorpresa ante el suicidio en distintas poses y gestualidades. El fondo que elige es oscuro, como si de una obra de teatro se tratara y salieran a escena los comediantes a representar una tragedia clásica.
BIBLIOGRAFÍA
- FRANKFORT, HENRY: Reyes y Dioses. Madrid. 1981.
- TIDESLEY, JOYCE: Cleopatra: La última reina de Egipto. Barcelona. 2008.
- WOLF, NORBERT: La Pintura del Romanticismo. Múnich. 1999.
- www.museodelprado.es
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