COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LOS LÍCTORES DEVUELVEN A BRUTO LOS CADÁVERES DE SUS HIJOS
FICHA TÉCNICA
- Obra: Los líctores devuelven a Bruto los cadáveres de sus hijos.
- Autor: Jacques Louis David
- Cronología: 1789
- Estilo: Neoclasicismo
- Material: Pintura al óleo
- Técnica: Óleo sobre lienzo
- Dimensiones: 323 x 422 cm
- Ubicación: Museo del Louvre, París, Francia
CONTEXTO HISTÓRICO
Jacques
Louis David (1748 – 1825) fue un artista francés, de estilo neoclasicista, muy
comprometido con la política de su tiempo, que participó activamente en la Revolución
Francesa de 1789, perteneciendo al bando jacobino (republicano).
Además
del influjo político, la obra de David se vio afectada por la influencia romana
recibida entre 1775 y 1781 en la Academia francesa de Roma, donde el contacto
directo con la antigüedad clásica, creó en él una suerte de pasión por el mundo
antiguo, sus valores, política, estilo de vida, etc. Gracias a este período
italiano, el pintor plasmó todo lo aprendido en la Academia en sus obras
posteriores, dando lugar a una serie de cuadros históricos basados
principalmente en la antigüedad romana. Testimonio de ello son, por ejemplo, El
juramento de los horacios, La muerte de Sócrates, La intervención de las
Sabinas, Los líctores devuelven a Bruto los cadáveres de sus hijos…
Así,
David consiguió ser un artista al servicio del poder, propagandístico de sus
ideales, sin renunciar al clasicismo de la Roma Antigua, plasmando en sus obras
a célebres ciudadanos romanos, y cuidando al máximo la arquitectura clásica, lo
que más tarde le convertiría en una suerte de dictador del gusto en la época
neoclásica.
ANÁLISIS FORMAL
Esta
obra se engloba dentro de una serie de grandes cuadros históricos que David
realizó, en la que se exalta el heroísmo de antiguos personajes del mundo
grecorromano.
A
la izquierda de la composición, aparece Bruto, primer cónsul de Roma, sentado
en el atrio de su casa, con actitud triste pero firme, mientras los líctores
(funcionarios al servicio de la República, cuyas competencias bien podríamos
comparar hoy con las de la policía local), entran al atrio con los cadáveres de
sus hijos, cuya muerte había ordenado el propio Bruto por traición a la Patria,
pues querían derrocar la República y restaurar la monarquía en Roma. Ya en la
zona derecha y más iluminada de la composición encontramos tres mujeres
horrorizadas por la escena. Aquí la mujer de Bruto sostiene a sus hijas,
creando una tensión y dramatismo que se acentúa con el contraste de luces que
recae sobre ellas. En el extremo derecho del lienzo, casi pasa desapercibida la
nodriza, que esconde su rostro, añadiendo así un toque extra de emoción al
drama familiar que se representa.
Como
he comentado previamente, la influencia clásica no solo se encuentra en la
temática de la obra, sino también en los ropajes y sandalias de los personajes,
el mobiliario a la romana en el que está sentado Bruto, conocido como klismós,
y la arquitectura representada, ya que David representa fielmente las columnas
dórico toscanas del patio.
Formalmente
hablando, esta obra tiene muy poca profundidad, debido a las telas sujetas a las
columnas del patio. Además, las posiciones simples y la organización general de
la composición están basadas en líneas horizontales y verticales, que hacen que
el espectador se centre en la escena dramática que se está representando y que
tanta carga representativa tiene. No obstante, David, contrarresta esta
simpleza de líneas y colores planos con el juego de luces y sombras, donde la
iluminación escenográfica es la clave del dramatismo de la escena.
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
Como
he mencionado anteriormente, Bruto es quien da la orden de asesinar a sus hijos
por traición a la Patria, esto no es si no la máxima expresión del amor patrio
representado en la figura de Bruto, un patriotismo estoico, donde está presente
el sacrificio y el sentido del deber público llevado a sus últimas
consecuencias. Así, Bruto simboliza el amor a la Patria, que no duda en
sacrificar a sus propios hijos por haber traicionado a Roma. Cabe destacar el
cuidado arqueológico al que David presta cada vez más atención, ejemplo de ello
es la cabeza de Bruto, pues no es un rostro que David eligiera al azar, sino
que se trata de un busto de Bruto realizado en bronce, entre los siglos IV y
III a.C., ubicado en el Museo Capitolino de Roma.
En
este lienzo, el artista refleja una clara dualidad de caracteres, la dureza y
firmeza masculina frente al dolor femenino, representando a Bruto sentado, con
los pies cruzados, en actitud pasiva y dando la espalda a los cadáveres de sus
hijos, mientras que las mujeres se encuentran de pie, la madre y una de las
hijas mirando directamente los cuerpos sin vida de sus hijos y hermanos, con
una actitud que dista mucho de la pasividad de Bruto, y se acerca más al dolor
desgarrador de perder un ser querido.
CURIOSIDADES
Era
de esperar que la obra tuviese un gran impacto en la época, y no dejase
indiferente a nadie. En 1789, el Salón de París consentía exponer las obras
siempre que pasaran un filtro de aceptabilidad política, y como David era
jacobino declarado, el Salón no quiso tomar partido, y rechazaron exponer esta
obra. No obstante, la insistencia del público finalmente hizo que el comité del
Salón de París se viera forzado a exponer su obra.
Además,
el actor francés François Joseph Talma, contemporáneo a Jacques Louis David,
incorporó a la obra teatral de Bruto, una escena que imitaba visualmente este
cuadro, reflejando el juego de luces, los colores planos y la simplicidad de
las líneas horizontales y verticales marcadas por los personajes y el decorado.
GALERÍA DE IMÁGENES
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