La arquitectura que vamos a tratar, presenta una
serie de problemas en cuanto a la conceptualización de la misma, ya que para un mismo concepto encontramos
diferentes términos (tradicional, popular, vernácula, rural, típica,
pintoresca…). Incluso podemos advertir que uno de los primeros problemas de
conceptualización de esta arquitectura, viene del empleo de términos peyorativos
para definirla, lo que ha hecho de esta arquitectura sinónimo de atrasada y
primitiva (Pérez, 2016: 13). Esta acción peyorativa viene de la idea del mundo
rural y de su menosprecio, ya que
suele ubicarse con carácter general en aquellos territorios que hoy día
consideramos rurales, pese a que en algún momento de su historia muchos de
ellos fueron centros urbanos de gran índole.
En Europa, debido a la valoración de los aspectos
pintorescos de esta arquitectura, así como los conceptos normativos o nacionalistas
con los que se relaciona, se ha venido definiendo esta arquitectura mediante
diferentes conceptos, en Francia se han utilizado los términos de rurale,
traditionelle, populaire, paysanne o vernaculaire, en Italia los de rurale o
rustica y popolare, así como vernacolare o spontanea (Pérez, 2016: 64-88).
Pudiendo apreciar la gran heterogeneidad a la hora de definir esta
arquitectura, lo que nos hace pensar en una falta de entendimiento de lo que es
realmente esta arquitectura y este patrimonio.
En España la denominación más usada ha sido la de
arquitectura popular, aunque también encontramos otros términos para definirla
y que analizaremos a continuación. Para ello recurriremos en primera instancia
a las definiciones dadas por la Real Academia Española (R.A.E), en la que
podemos ver como se definen los términos más usados para describir a la
arquitectura objeto de este estudio:
Popular: viene definido como aquello perteneciente o relativo al pueblo, siendo
algo peculiar del mismo o procedente de él. Se índice en la relación de este término con la parte
menos favorecida del pueblo o con aquello que está al alcance de la gente con
menos recursos económicos o con menos desarrollo. Además, se alude a aquello
que es conocido por el público en general.
Tradicional: se define
como aquello que pertenece a la tradición y que se transmite por medio de la
misma, siguiendo las ideas, normas o costumbres del pasado.
Tradición:
proveniente del latín traditio, y se define como aquella transmisión de
noticias, composiciones literarias, doctrinas, ritos y costumbres hechos de
generación en generación. Así como, la doctrina y costumbre conservada en un
pueblo por la transmisión de padres a hijos, entre otras acepciones.
Vernáculo:
proveniente del latín vernaculus, y está relacionado con el idioma o lengua,
hace referencia a lo doméstico, nativo, de la casa o país propios.
Rural: del latín
ruralis, hace referencia a todo lo perteneciente o relativo a la vida en el
campo y sus labores.
Pintoresca: aquello
que presenta una imagen peculiar y está relacionado con un tipo o una
costumbre, dícese de lo estrafalario o chocante.
Otras definiciones son las de folclórica, autóctona,
doméstica, típica o regional. Lo cual nos hace ver la gran indefinición que
presenta este tipo de arquitectura.
De este modo, podemos apreciar como lo popular hace
referencia al contenido sociocultural mayoritario, siendo un concepto que se
opone al de arquitectura culta (Pérez, 2016: 89). Mientras que lo popular alude
al sujeto, lo tradicional se orienta hacia el aspecto procesual y de acción que
presenta esta arquitectura, el de tradición está ligado a la transmisión de las
técnicas constructivas y la experiencia, lo vernáculo es un término que
enfatiza más en la identidad y el sentimiento de propiedad que suscita esta
arquitectura y los conceptos de rural y pintoresca nos muestran un sentido más
peyorativo del término.
Es por ello por lo que con carácter general, nos decantamos por el término de
arquitectura tradicional, ya que
esta terminología va más allá de lo meramente material o formal, englobando el
pasado y el presente así como la evolución de una comunidad, mostrando ese
carácter dinámico de la arquitectura a lo largo del tiempo, siendo un concepto que no se limita a lo antiguo
o pasado, sino que se actualiza con las acciones presentes que generan esos valores culturales movidos por la tradición.
Además escogemos esta acepción debido a que la legislación vigente en esta
materia determina esta arquitectura como tradicional.
Arquitectura tradicional. Cueva Villanueva de los Infantes (Ciudad Real)
Análisis
del Plan Nacional de Arquitectura Tradicional
El Plan Nacional de Arquitectura tradicional está
gestionado por la dirección general de Bellas Artes y Bienes Culturales a
través del instituto de Patrimonio Cultural de España, y surge con el objetivo
fundamental de proteger y conservar los bienes culturales, más concretamente,
los de naturaleza popular o tradicional. Surge pues como una medida de
resistencia hacia esta arquitectura amenazada, para que de este modo, las
administraciones e instituciones se decanten hacia la realización de acciones
de salvaguarda.
Esta arquitectura se encuentra sometida a un fuerte
riesgo de desaparición, debido a que suele establecerse en pueblos, aldeas y
campos, lo que ocasiona un fuerte abandono de propiedades, así como un gran
desconocimiento por parte los propietarios acerca de cómo conservar y proteger
este tipo de bienes.
La arquitectura tradicional viene definida en el
Plan, como aquella construida con los materiales del entorno, con técnicas
constructivas que derivan de procesos históricos y siendo los constructores los
propietarios de las mismas. De este modo, podemos ver como es seña de identidad
de los colectivos que le han dado vida, reflejando en ella los modos de vida y
las necesidades propias de sus usuarios. Así mismo, esta arquitectura se
encuentra fuertemente vinculada con el medio, siendo imagen del territorio y de
la comunidad.
El Plan Nacional nos indica el carácter dinámico de
esta arquitectura, siendo organismos vivos que se van adaptando a las
condiciones del medio, de ahí su fuerte vinculación con el mismo. Esta
adaptabilidad nos hace conocer las prácticas asociadas a los usos, y a su vez las diferentes creencias
que las motivan, siendo de este modo una arquitectura ligada de forma directa
con el patrimonio inmaterial. Este carácter dinámico es potenciado por el Plan,
en el cual se argumenta la necesidad de fomentar los nuevos usos, relacionados
estos con nuevas actividades, para así valorizar estos bienes y encaminarlos
hacia un turismo sostenible y responsable.
En los últimos años y motivado por la realización del
Plan Nacional, se ha comenzado a apreciar un nuevo aumento y valoración de los
aspectos ligados a las tradiciones autóctonas, e inclusive se han comenzado a realizar políticas
conservacionistas que inciden en los valores simbólicos y funcionales de este
tipo de bienes.
Destacar de este Plan, la incidencia que realiza
hacia los grandes vacíos documentales que presenta el estudio de esta
arquitectura, así como la fragmentación de la información, debido a la falta de
inventarios y a la focalización en la arquitectura monumental. Es por ello por
lo que determina, que hay una gran descontextualización de estos bienes con
respecto al entorno, debido a la carencia de información. Del mismo modo
señalar, la identificación de riesgos que analiza, pudiendo apreciar que la
globalización, la pérdida de funciones y conocimientos constructivos, la falta
de valoración y sensibilización, la carencia de estudios, medidas, normativas,
difusión y factores de riesgos ambientales, ocasionan una pérdida de identidad
que conlleva procesos de abandono, reinterpretaciones inadecuadas y pérdida
total de los bienes.
Por ello, este plan pretende establecer unas bases
teóricas así como unas acciones concretas que posibiliten la sensibilización,
el estudio, la protección y conservación de estos bienes, reforzando de este
modo el sentimiento identitario y posibilitando un reconocimiento por parte de
las instituciones competentes.
Para ello incluye en su corpus teórico cuatro
programas o propuestas de buenas prácticas encaminadas a la consecución de su
objetivo principal, señalado anteriormente. El primer programa a destacar es el
de investigación y documentación, el cual pretende generar mediante la
elaboración de catálogos e inventarios un directorio institucional vinculado a
la arquitectura tradicional, que permita identificar los diferentes objetos
pertenecientes a este patrimonio. Así mismo pretende impulsar estudios, que
como el presente trabajo, proporcionen un conocimiento científico y técnico
acerca de todos aquellos aspectos relacionados con la gestión, conservación y
nuevos usos de la arquitectura tradicional. Otro de los programas de actuación
más significativos es el programa de protección, en el que se lleva a cabo una
labor paralela de educación, información y sensibilización ciudadana que
pretende enfatizar en los valores tanto materiales como inmateriales de esta arquitectura. Uno de los programas más relacionados con el de la protección, es el programa relacionado con la intervención y
recuperación de los sistemas tradicionales el cual emplea medidas que procuran
la salvaguarda de este tipo de arquitectura así como la salvaguarda de la
cultura inmaterial que se relaciona con los procesos de construcción y uso
tradicionales. El último de los programas, aunque no menos importante, es el programa de
difusión, transmisión y cooperación, en el que el objetivo principal radica en
la recuperación de los valores identitarios de este patrimonio para con la sociedad.
Arquitectura tradicional. Acceso a cueva realizado en moliz
Villanueva de los Infantes (Ciudad Real)
Futuro de la Arquitectura Tradicional
y relación con la contemporaneidad
El Patrimonio Tradicional presenta una serie de
matices como son: la diversidad ecológica, las experiencias históricas, las
adaptaciones de usos a lo largo del tiempo entre otros muchos. Pese a esto,
como ya hemos podido constatar a
través del Plan Nacional, constatamos como sus propias características, así
como la evolución histórica, han ocasionado una imposibilidad de conservación
de un gran alcance, debido a la abundancia de estos bienes, a la dificultad de
adaptación a los nuevos usos y también a la disponibilidad de sus dueños
(Agudo, 1999: 182-184).
Esta disponibilidad de los dueños está relacionada
con los fenómenos de abandono y despoblación del mundo rural, así como con la
falta de sensibilización de la población. Además, podemos destacar, “el fenómeno del forastero” resaltado
por Carlos Flores en su obra “La España
popular”, en la que indica que los procesos de estudio e investigación en
estas comunidades causan recelo y desconfianza, teniendo que ser fundamentales
los lazos de parentesco con miembros de la comunidad, para poder propiciar una
disponibilidad favorable por parte de los dueños (Flores, 1979: 350). Esta
actitud de recelo hace imposible la catalogación de bienes.
En la actualidad los elementos tradicionales se
encuentran insertos en los núcleos urbanos, provocando esto una pérdida de
valores, así como una fuerte transformación ya que los medios rurales se
encuentran en un progresivo deterioro y transformación, que viene marcada por
el proceso de globalización. Esta situación de riesgo, hace necesaria la puesta
en marcha de medidas de investigación y conservación que favorezcan el
mantenimiento de estos bienes de memoria colectiva.
Para ello considero indispensable la recuperación y
conservación de la tradición, así como de los procedimientos artesanales de
construcción y uso de los mismos. Ligado a
esta cuestión de recuperación de procesos, podemos destacar el hecho de
que en la actualidad se pretende recuperar la tierra como material de
construcción, debido a los múltiples beneficios de este material, como es su
bajo coste energético y sus propiedades térmicas y aislantes (Castilla, 2015:
203-205). En esta línea, destacar el proyecto nacional restapia,
el cual se dedica al estudio de la arquitectura construida en tapial de tierra,
fomentando su restauración y rehabilitación. Destacar también el Proyecto
Coremans de intervención en la arquitectura de tierra, el cual nace de la
filosofía de los planes nacionales con el objetivo de conservarla y aportarle
las condiciones de futuro necesarias, a partir de procesos de conservación y
restauración sostenibles (Mileto & Vegas,
2017).
Esta recuperación de la arquitectura tradicional la
podemos ver incluso en el siglo XX de la mano de las vanguardias artísticas, en
las que lo primordial era lo funcional y lo práctico sobre lo decorativo, así
como el resurgimiento de lo natural y la vuelta a la individualidad. De este
modo surgen tendencias y teorías como la funcionalista, las cuales recogen las
experiencias de la arquitectura tradicional (Asenjo, 1972: 249- 259).
Si nos preguntamos, ¿Cuál es el futuro de la
arquitectura tradicional?, podemos ver que pese a la disfuncionalidad, cambio
de valores y amenaza de este patrimonio, es necesario realizar estudios que
aboguen por su conservación y puesta en valor, así como el impulsar por parte
de las administraciones medidas de salvaguarda que garanticen el futuro de las
mismas. Además, considero indispensable llevar a cabo una actualización de
términos o conceptos para esta arquitectura, así como una unificación
científica en cuanto al uso de los mismos, para así no llevar a equivocaciones.
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Alba Ferrer
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