
COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE "LA VIRGEN DEL ROSARIO"
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- Título: La Virgen del Rosario
- Autor: Alonso Cano
- Cronología: 1665-1666
- Estilo: Barroco español
- Técnica: óleo sobre lienzo
- Soporte: lienzo adamascado
- Dimensiones: 356 x 218 cm
- Ubicación: Capilla del Rosario, Catedral de Málaga
CONTEXTO HISTÓRICO
Hijo de un carpintero y retablista,
Alonso Cano (1601-1667), quien llegaría a ser conocido por ser un gran
escultor, pintor y arquitecto como si de un artista del renacimiento italiano
se tratase, inició su formación a una edad temprana, trasladándose desde su
natal Granada a Sevilla en 1616. Allí itineraria por los talleres de Martínez
Montañez y Francisco Pacheco, pléyade esta última, donde conoció a Diego de
Velázquez, con quien este ecléctico artista forjaría una duradera amistad.
Tras su paso por la ciudad
hispalense, centro artístico y comercial del período por su primacía en el
comercio indiano, Cano marchó a la Corte madrileña bajo el ala del Conde-Duque
de Olivares, válido real, y personaje clave en la política de la primera etapa
del reinado de Felipe IV. En Madrid, Alonso Cano gozaría de fama y gloria como
pintor de cámara y profesor de dibujo del heredero Habsburgo. También conocería
y se vería enormemente influenciado por la pintura veneciana y flamenca, tan
presente en las colecciones reales, abandonando con ello su pasado tenebrista y
naturalista, rasgos tan presentes en la pintura sevillana de entonces
influencia de Caravaggio y Ribera. Sin embargo, con la pérdida de confianza en
el válido real tras una serie de derrotas militares, el artista intentaría
alejarse de quien había sido su protector para no caer con él en lo que sería
mirando en retrospectiva, la crisis que llevaría al declive del Imperio Hispánico,
que daría sus últimos coletazos de la mano de Carlos II “el Hechizado”. Ello
unido a la acusación por asesinato de su segunda esposa, Margarita de Uceda,
provocó en Alonso Cano una deriva religiosa que le llevó a querer ser ordenado
sacerdote.
ANÁLISIS FORMAL
La obra que impulsa este artículo se
enmarca en el período de madurez artística de Alonso Cano, donde el pintor tendió
a emplear un lenguaje más clasicista, dando lugar a algunas de sus obras más
conmovedoras. Este período, tradicionalmente enmarcado por la historiografía
entre 1652 y 1667, se caracteriza por su tormentosa relación con el Cabildo
Catedralicio granadino después que el monarca lo nombrara su racionero,
precipitando su traslado a la antigua capital nazarí. Estas disputas indujeron
a que Alonso Cano marchara a la menor oportunidad, coyunturas como las que le ofrecería
Fray Alonso de Santo Tomás, obispo de la ciudad de Málaga.
Fray Alonso de Santo Tomás, también conocido
por ser hijo ilegítimo de Felipe IV, fue un religioso de gran poder que
solicitó la presencia de Alonso Cano para distintas obras en la Catedral
malacitana. Tras ellas, contrataría al artista para la realización de un cuadro
para sí, que se ubicaría en su capilla funeraria en la Iglesia de Santo
Domingo. Este, que acabaría conociéndose como la Virgen del Rosario tras su traslado desde la Sacristía hacia la
Capilla del mismo nombre en la Catedral de Málaga en 1779, nunca fue depositado
en la Iglesia de Santo Domingo pese a las peticiones dominicas y los deseos del
ya difunto prelado.
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
La Virgen del Rosario es considerada como una de las mejores
composiciones de Cano, así como una de las obras más representativas del s.
XVII español. Ello se debe a la experiencia que había acumulado el artista,
quien había abandonado las figuras excesivamente pálidas y los juegos de luces,
típicos de su etapa madrileña, para dar lugar a una obra muy clasicista, donde
el dibujo, que podemos ver en sus bocetos previos, prima sobre el color. Posee
una composición triangular con dos niveles claramente diferenciados cromática y
jerárquicamente por una abertura celeste o rompimiento de gloria.
En el estrato superior,
recordándonos a una matrona romana o a una Inmaculada rodeada por un coro
celestial, se encuentra entronizada a la Virgen sosteniendo al niño. Esta
escena posee grandes reminiscencias renacentistas, visible en los fustes
clásicos que sustentan la escena divina. Madre e Hijo descansan sobre el orbe
acompañados de cinco querubines que portan los atributos de los santos de la
escena terrenal.
Cromáticamente, este suceso también
dista mucho del que hallamos bajo él. En el estrato superior priman colores de
gran suntuosidad, como el carmesí de la túnica de la Virgen, o el azul ultramar
del manto de esta. Pigmentos ambos increíblemente costosos en su período por su
origen (cochinillas para el carmesí y lapislázuli en cuanto al azul ultramar).
Ello contrasta con los colores pardos de la escena terrenal, donde vemos a un
grupo de santos retratados a medio cuerpo en otra clara evocación renacentista.
Esta reminiscencia hizo pensar al
hispanista Harold Wethey que en la imagen de uno de los santos podría estar
retratado Fray Alonso de Santo Tomás. Sin embargo, otras voces como la de
Teresa Sauret postularían que ninguno de los personajes parece concebido como
un retrato ni presenta rasgos fisionómicos típicos de un Habsburgo, como podría
ser el progmatismo maxilar inferior visible en el cuadro de Tiziano de Carlos V a caballo en Mühlberg.
Prosiguiendo
con el análisis, en el centro de este estrato, vemos abrazados a Santo Domingo
de Guzmán vestido con hábito dominico, barbado y tonsurado, junto a San
Francisco de Asís. Esta escena puede hacer referencia a un pasaje aprobado en
el Concilio de Letrán en el s. XIII. A su derecha vemos a San Ildefonso de
Toledo y a Santa Teresa de Jesús, mientras a la izquierda vemos a Santo Tomás
de Aquino y Santa Catalina de Siena. Todos ellos son captados en el momento que
contemplan anonadados la acción maternal.
Las
lecturas que se han realizado de esta composición son numerosas: desde la posibilidad,
por la presencia de los tres dominicos y la matrona, de que fuese una Virgen de la Peste o de las Calamidades, en referencia a la
epidemia que había sufrido la ciudad de Málaga a principios del s. XVII, siendo
plausible por ello la presencia de Santa Teresa de Jesús por la labor que
realizó su orden durante la enfermedad; hasta la posibilidad de que el autor,
Alonso Cano, pretendiera exponer distintas lecturas, tendiendo a la iconografía
ecuménica o que nos hallásemos ante una Virgen
del Patrocinio, advocación patrocinada por la monarquía y, especialmente
por Felipe IV, que sería refrendada posteriormente por el papa Alejandro VII.
Al
término del cuadro, Alonso Cano retornaría a Granada, donde moriría un año más
tarde dejando inconclusa la fachada de la Catedral de esta ciudad.
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
BRUQUETAS
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oro, Madrid, 2002
CAMARASA,
V: https://seordelbiombo.blogspot.com/2018/02/alonso-cano-virgen-del-rosario-de-la.html
(Consultado: 12/11/18)
CENTRO
VIRTUAL CERVANTES: https://cvc.cervantes.es/actcult/cano/pintor/pintor09.htm
(Consultado: 12/11/18)
DÍAZ
DE ESCOVAR, Narciso: Las epidemias de Málaga. Apuntes históricos, Málaga, 1903.
FUNDACIÓN
AMIGOS DEL PRADO: https://www.youtube.com/watch?v=ZCK90H70KwI (Consultado:
14/11/18)
INSTITUTO
ANDALUZ DEL PATRIMONIO HISTÓRICO:
https://www.iaph.es/web/canales/conservacion-y-restauracion/catalogo-de-obras-restauradas/contenido/lienzo_ascencion_arcosolio_malaga.html
(Consultado: 12/11/18)
NAVARRO
VALLS, J. V: http://historiartemalaga.com/catedral-(descripción-interior).html (Consultado: 12/11/18)
MUSEO
DEL PRADO:,
https://www.museodelprado.es/aprende/enciclopedia/voz/cano-alonso/c6813c54-36c0-4fab-bdf7-d4a3e4ea9dcc
(Consultado: 12/11/18)
VÁZQUEZ,
A.:
https://www.laopiniondemalaga.es/pi-jueves-santo/2018/03/29/virgen-fray-alonso-santo-tomas/996270.html
(Consultado: 12/11/18)
GALERÍA DE IMÁGENES
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Ilustración 1. La Virgen del Rosario. 1665-1666.
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Ilustración 2. Dibujos previos para la Virgen del Rosario. Alonso Cano. 1665-1666. Museo Louvre.
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Ilustración 3. Inmaculada Concepción. Alonso Cano. 1648
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Ilustración 4. Autorretrato. Alonso Cano. Copia del original (1601-1699). Museo de Cádiz.
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Ilustración 5. Retrato de un eclesiástico. Alonso Cano. 1625-1630. Ejemplo de su etapa sevillana.
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Ilustración 6. La Virgen del Lucero. Alonso Cano. 1646-1652. Ejemplo de su etapa madrileña.
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Carmen Bulpes
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