COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE SANTA TERESA DE JESÚS EN LA GLORIA
FICHA TÉCNICA
- Título: Santa Teresa de Jesús en la Gloria
- Autor: Francisco Bayeu y Subías
- Cronología: 1760 - 1770
- Estilo: Tardobarroco español - neoclasicismo
- Técnica: Óleo.
- Soporte: Lienzo.
- Ubicación: Museo del Prado (Madrid)
ANÁLISIS FORMAL
La
representación muestra a Santa Teresa de Jesús sobre las nubes, acompañada por
otras monjas carmelitas en la parte izquierda de la obra, así como por un
cortejo angélico que desciende del cielo y aporta equilibrio a la composición.
La santa se encuentra arrodillada en actitud de perdón o recogimiento y es
acogida por la Virgen María que, con un gesto, señala a la Santísima Trinidad
que aparece representada con un rompimiento de gloria en el centro de la
escena. Debido al trazo y ejecución de
la obra podemos decir que se trata de un boceto preparatorio para una
composición mural.[1]
Si
nos centramos en la figura de Francisco Bayeu, el autor, podemos decir que su
formación se inició en Zaragoza, en el taller del pintor de origen bohemio Juan
Andrés Merklein. Años más tarde, Anton Raphael Mengs lo reclamó para que le
ayudara en la decoración del Palacio Nuevo y fue este hecho unido a otras
intervenciones en los reales sitios, lo que le valieron el nombramiento de
pintor de cámara en 1767. Un artista centrado principalmente en el trabajo de
frescos, pero cabe decir, que Bayeu compaginó sus obligaciones en la corte con
diferentes encargos, que le ofrecieron las autoridades de Zaragoza. Como pintor
de corte, Bayeu era también responsable de la Fábrica de Tapices de Santa
Bárbara, en la que realizó modelos de cartones. El pintor, que se había
convertido después de la muerte de su padre en cabeza de familia numerosa, se
veía obligado a trabajar sin descanso, esfuerzo que le quebró la salud. Cuando cayó
enfermo, en 1786, Goya, su cuñado, le sustituyó en la Academia de San Fernando,
que Bayeu dirigió como director de la pintura a partir de 1788. Con la venida
de Mengs, Bayeu se convirtió en su seguidor más fiel asimilando los principios
neoclásicos.[2]
Es
por ello por lo que me aventuro a decir, que esta obra se puede adscribir al “neoclasicismo”
o al “tardobarroco español” ya que Francisco Bayeu evolucionó de un Rococó
brillante a un Clasicismo más académico siendo discípulo de A. R. Meng. En la
obra y en la formulación del asunto se aprecia el eco barroco de Luca Giordano
(1634-1705), tamizado por la influencia de la estética de Corrado Giaquinto
(1703-1766).
Este
neoclasicismo queda de manifiesto en la composición simétrica y reposada de la
obra, la utilización de la luz clara y los tonos fríos con carnaciones
nacaradas también nos hace pensar en este movimiento artístico. Además, podemos
ver cómo se trata de una obra realista, pero idealizada ya que los
sentimientos son contenidos y fríos, lo cual también entronca con el
Neoclasicismo. Una obra en la que predomina el dibujo y la forma,
sobre el color, ya que se trata, como hemos dicho con anterioridad de un
boceto.
En
cuanto al contexto histórico decir que España se ve sumida en esos años
(1760-1770) en la guerra anglo-española
la cual se inserta a su vez en la guerra de los siete años, que tendrá como fin
la firma del Pacto de París en 1763. Destacar como hecho relevante que el rey
Carlos III ocupa de nuevo el Palacio real de Madrid en 1764. Continuando con la
evolución y hechos históricos relevantes señalar que en 1766 se desencadena el
Motín de Esquilache, promovido por el clero y la aristocracia. Y en el ámbito
religioso destacar que en 1767 la compañía de Jesús es expulsada de España por
mandato de Carlos III y su primer ministro el conde de Aranda. Constituyendo
este el marco histórico general en el que se inserta la obra.[3]
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
Si
nos centramos en los atributos iconográficos fundamentales podemos destacar en
primer lugar el hábito de carmelita, el cual si no conociéramos el título de la
obra nos daría una aproximación de que personaje puede tratarse. Este hábito es
marrón y también incluye un escapulario, suelen llevar una cruz que les
recuerda la cruz que han de cargar así como la humildad que necesitan. Además
de la túnica y el escapulario, también cuentan con una capa de un color más
claro, suelen llevar un cinturón de cuero y un rosario colgando de él.
Los
atributos iconográficos propios de la santa son la pluma y la paloma haciendo
esta referencia a lo alto de su inspiración, pero como podemos observar ninguno
de estos atributos aparece representado en la imagen. Aparece una pequeña
paloma esbozada que hace alusión al Espíritu Santo. Así mismo destacar que las
representaciones más frecuentes de esta santa son escribiendo o en estado de
contemplación y en éxtasis. Aunque también podemos encontrarla representada como
doctora o escritora epistolar, en oración, como reformadora y fundadora de la
orden, como priora o intercesora y como patrona de España además de en la
gloria como muestra nuestra imagen.
El episodio representado en la obra
muestra a Santa Teresa en la gloria. Santa perteneciente a la orden de los
carmelitas, la cual estuvo como priora en el monasterio de la Encarnación de
Ávila, entre 1535 y 1562. Reformó la orden, y fundó el primer convento en 1562.
Santa Teresa era contraria a la ortodoxia dominante, insistía en la igualdad y
pobreza absoluta, y defendía el tener únicamente como medio de vida, la
caridad. Además fue autora de numerosas obras donde relata sus experiencias
místicas (Castillo interior, Libro de la vida…).
Santa Teresa en la gloria suele
aparecer representada junto a otros santos carmelitas, siendo el tema también
conocido como Cielo de los carmelitas [4]. En ocasiones el tema o episodio se
confunde con alguna de las visiones de la santa como la relacionada con la asunción
o coronación de la virgen. En esta imagen en concreto podría malinterpretarse o
no quedar clara la temática al encontrar situado en la esquina superior
izquierda del cuadro a un ángel portando una corona de flores.
El episodio citado del Cielo de los
carmelitas al que también podría insertarse la imagen suele mostrar un conjunto
de los santos más destacados junto con la virgen, advocación por excelencia de
estos, la cual suele aparecer en acto de coronación.
En cuanto a los personajes, decir
que en el centro de la composición podemos ver a Santa Teresa, la cual es
guiada por la Virgen para observar a la Santísima Trinidad. A ambos lados de
ese centro compositivo podemos ver a la santa acompañada por un grupo de carmelitas
de las cuales no podemos identificar a ninguna en concreto. Sobre este grupo
encontramos la figura de un ángel portador de una corona de flores. Al otro
lado de la composición podemos ver a bellos ángeles que disponen sus miradas
hacia el cielo y en lo alto de la composición destaca la Santísima Trinidad.
La
diversificación iconográfica de la protagonista de nuestra obra viene de la
mano de la canonización de Teresa de Jesús en 1622, debido a que era una santa
contemporánea al momento de la Contrarreforma[5].
Esta canonización suponía que había que honrarla y venerarla en capillas y
altares. Es por ello, por lo que debemos destacar las
consecuencias que tuvo dicha canonización para el arte. Las consecuencias
principales pueden resumirse en: un aumento de las representaciones, la cuales
pasan a ser de mayor calidad y en las que se exalta
su vida como ejemplo de santidad en el barroco. Además de esto, decir que el
aumento de la devoción llevó consigo un aumento lógico de las representaciones
teresianas, aunque ya estaban bastante extendidas. En cuanto al arte señalar
que los hechos de la vida de Teresa comenzaron a ser representados por algunos de los mejores pintores y escultores, rasgo que se
mantendría durante varias décadas. Todo esto hizo que la santa se incluyera en
el modelo de santidad barroco.
El último barroco
significó una diversificación sin precedentes de la iconografía de santa Teresa
de Jesús, encontrando alguno de sus mejores ejemplos. En esta época comienzan a
darse dos vías dentro de la iconografía teresiana: La vía narrativo-descriptiva
la cual queda representada por Vita
effigiata della Serafica Vergine S.Teresa di Gesú de de Arnold van
Westerhout y por otro lado la vía
emblemático-alegórica con los ocho grabados realizados por Juan Bernabé
Palomino para ilustrar Cartas de Santa
Teresa de Jesús y Obras de la Gloriosa madre Santa Terea de Jesús, impresas
en Madrid en 1752.[6]
Si nos centramos en los antecedentes
y evolución del tema destacar las teorías de María José Pinilla, una de las
grandes expertas en Santa Teresa, la cual al hablar de este tema destaca la
pequeña pintura que se encuentra en el convento carmelita de Riom en Francia
,de la primera mitad del siglo XVII, en la que, si buscamos similitudes con la
pintura que estamos tratando, se muestra a Santa Teresa junto a Cristo y la
Virgen, que le impone un collar, y varios ángeles y carmelitas (fig. 1). Es
similar también una pintura del Colegio de los Ingleses de Valladolid, en la
que tanto Cristo resucitado como la Virgen coronan a Teresa, rodeada de ángeles
que portan flores, palmas y algunos de los instrumentos de la Pasión (fig. 2).
Uno de los ejemplos más bellos es un fresco de Gaimbattista Tiepolo (fig. 3) en
el que el cielo se abre y aparece un cortejo angélico en el que podemos ver ese
último barroco de colores claros que tanto le caracterizó. No sólo podemos ver
este episodio, la gloria de santa teresa o el cielo de los carmelitas, en
representaciones pictóricas sino que también es representado en escultura (fig.
4) recordándonos también al éxtasis teresiano. [7]
En cuanto a similitudes con la obra
que hemos tratado, destacar en todas estas obras la corona que aparece en la
mayoría de ellos, el cortejo de ángeles y carmelitas así como la figura de la
Virgen y de Jesucristo. Señalar también que en todos ellos Santa Teresa aparece
en una actitud mística y cercana al éxtasis.
Para finalizar, decir que se trata
de obras y de una temática realizada a partir del siglo XVII, con lo que
podemos reafirmar que la canonización de la santa supuso un punto de inflexión
en su representación, generando nuevas temáticas e iconografías. Estas
representaciones así como los principios contrarreformistas podrían resumirse
en una frase de la propia Santa Teresa "Quien a
Dios tiene, nada le falta. Sólo Dios basta".
GALERÍA DE IMÁGENES
![]() |
Fig. 1. Santa Teresa en la gloria. Primera mitad del siglo XVII. Convento carmelita. Riom (Francia) |
![]() |
Fig. 3. Apoteosi di Santa Teresa. Giambattista Tiepolo. 1720-1725. Iglesia de Santa María de Nazareth. Venecia (Italia)
|
BIBLIOGRAFÍA
- LABOA, J. M. Atlas Histórico del
cristianismo. Madrid: San Pablo, 1998
- MARÍN, J. L. Francisco Bayeu. Vida y obra.
Zaragoza: Moncayo, 1995
- MUELA, J. C. Iconografia cristiana, guía básica
para estudiantes. Madrid: Istmo, 1998
- PINILLA, M. J. Iconografia de Santa Teresa de
Jesús (Tesis Doctoral). Valladolid: Universidad de Valladolid. 2014
- PINILLA, M. J. La imagen de Santa Teresa en el
siglo XVIII: entre la narración y la alegoría. Salamanca: revista de
estudios, 277-298. 2014
- SILVERIO
DE SANTA TERESA .(Ed.), Obras de Santa Teresa de Jesús, Burgos,
El Monte Carmelo, t. II, p. 419. 1915
WEBGRAFÍA
Apuntes de cronología comparada e historia. (Consulta: 5 de Octubre de 2018)
Museo del Prado. (Consulta: 17 de Octubre)
[1] Museo del Prado. https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/santa-teresa-de-jesus-en-la-gloria/1175a6d0-c3fd-48d9-a14d-b8940747ba04?searchid=d0f50ff2-8e25-8643-679a-bd61e468ce39 [Consulta:
17 de Octubre]
[3] Apuntes de cronología
comparada e historia. http://www.consultatodo.com/historia/moderna/historia1760-1766.htm [Consulta:
5 de Octubre de 2018]
[4] PINILLA.M.J (2014) . Iconografía
de Santa Teresa de Jesús (Tesis doctoral). Universidad de Valladolid.
Valladolid. pp 790-792
[5] SILVERIO DE SANTA
TERESA (1915).(Ed.), Obras de Santa Teresa de Jesús, Burgos, El
Monte Carmelo, t. II, p. 419.
[6] PINILLA, M. J. (2014). La
imagen de Santa Teresa en el siglo XVIII: entre la narración y la
alegoría. Salamanca: revista de estudios, 277-298.
[7] PINILLA.M.J (2014). Iconografía
de Santa Teresa de Jesús (Tesis doctoral). Universidad de Valladolid.
Valladolid, pg 656
Alba Ferrer
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