FICHA TÉCNICA
- Titulo: La masía.
- Autor: Joan Miró.
- Cronología: 1921-22.
- Estilo: *
- Técnica: Óleo.
- Soporte: Lienzo.
- Medidas: 124 ×141 cm.
- Ubicación: National Gallery of Art, Washington D. C., EEUU.
Joan
Miró, se insiere comúnmente dentro del movimiento surrealista pero él nunca
estuvo de acuerdo y, con su producción se alejo del mundo teórico del inconsciente y del tratado
del movimiento artístico en sí. Así pues, vemos a Miró como se relacionó con la
Rue Blomet, donde desarrolló su
estilo junto con artistas como Masson, Bataille o Artaud, afincados en el
efervescente Paris del s. XX.
ANÁLISIS FORMAL
Esta obra se instaura como el máximo exponente de la pintura detallista
dentro de la producción de Miró. La terminó a los inicios de su estancia en la
Rue Blomet, es un cuadro que le siguió en diferentes lugares, muy íntimo por su
temática, el mismo explicaba:
"Comencé La Masía en
Montroig, directamente del natural, seguí trabajándola en Barcelona y la terminé
en París. La Masía era tal como la he pintado. Todavía existe; pertenecía a mi
familia."
De esta manera entendemos que adopta
este tema para experimentar una
transformación de su propia realidad, desde la distancia, mediante el
recuerdo, transforma la existencia de esa casa, moldea su forma y crea esta
pintura. Suponiendo así una obra clave dentro de la producción mironiana,
haciendo de frontera entre una etapa que
se cierra y un futuro por venir.
Podríamos calificar este cuadro como un
claro arte narrativo – si bien todo
arte es narrativo – en este caso Joan Miró expresa lo que es para él la vida en Montroig, una vida de campo,
de tranquilidad así como de trabajo y tradiciones, claramente arraigadas a una
tierra.
Nos expone una imagen detallada, un
momento dentro de la cotidianidad, pero con ciertas alteraciones ya que no lo
plasma con realismo sino que muestra su
realidad. Vemos como el gallinero, situado en lado derecho de la composición,
no tiene verjas – cuando sabemos que las había –, Miró decide pintar un perímetro
con una línea roja y abrir la fachada con la finalidad de que el espectador
contemple el interior. Nos permite entrar de pleno en su hogar, nos invita a
conocer sus orígenes… literalmente, nos
abre la puerta de su casa.
ANÁLISIS
ICONOGRÁFICO
En cuanto a los personajes, solo aparece
una campesina en el centro de la composición que nos da la espalda y una gran
diversidad de animales: un perro ladrando en el centro, la mula al fondo
central de la composición, y una gran variedad dentro del gallinero (cabra,
gallos, conejos, etc).
Vemos como el árbol central es el que guía
toda la escena que se despliega ante nosotros, separando a modo de frontera la
masía del gallinero. Así el elemento vegetal se puede leer como eje no solo de
esta escena concreta, sino como eje del mundo, como si fuera el árbol del Paraíso, y de ésta manera nos
muestra a la derecha la vida y a la izquierda un espacio de calma y reposo – ¿la
muerte? –.
Por lo que hace al tiempo de la masía,
vemos a la payesa trabajando y los animales despiertos, pero el tono azul del
cielo no nos define exactamente si es de día, y el sol a la derecha superior en
tono claro, como plateado, blanquinoso… podría ser también la luna, de manera
que estamos en una atmósfera
atemporal, como si nos dijera que la masía siempre está despierta.
Se puede hacer una lectura cristiana del gallinero, donde veríamos las arma Christi camufladas en la cotidianidad del
campo, así: la escalera, la rama seca de espinas y la columna, entre otras,
todas enmarcadas dentro el perímetro rojo, que sería la reja. Y recordemos el árbol
central como eje de la de la vida y de la composición en sí.
Sin duda Miró se muestra aquí como un
artista intelectual, capaz de esconder múltiples lecturas en una obra.
Interpretando la realidad de su cotidianidad, haciéndola
propia y plasmándola
al mundo en forma de pintura.
BIBLIOGRAFÍA y
WEBGRAFÍA
Balsach,
M.J. (2007) Joan Miró. Cosmogonías de un mundo
originario (1918-1939). Galaxia
Gutenberg; Barcelona.
Carmen Comas
No hay comentarios:
Publicar un comentario