Reseña de la exposición "Doce fotógrafos en el Museo del Prado"
El
Museo del Prado de Madrid celebra a lo largo del año 2019
el bicentenario de su fundación.
Cuando el 19 de noviembre de 1819 abría sus puertas el por entonces denominado
Real Museo de Pintura y Escultura con la modesta colección regia de poco más de
300 pinturas, no se imaginaba que llegaría dos siglos después a ser una de las pinacotecas más importantes del
mundo y un referente para museos nacionales e internacionales, con una de
las mayores y mejores colecciones de pintura del planeta.
Para
conmemorar este acontecimiento, el Museo Nacional del Prado ha programado una
serie de actividades, eventos y exposiciones que se abren con la que La Cámara del Arte ha visitado y
analiza hoy: “Doce fotógrafos en el
Museo del Prado”. Con esta pequeña muestra realizada como prólogo al
Bicentenario y abierta hasta el 13 de enero de 2019, el Prado quiere realizar
un ejercicio de autorreflexión, exhibiendo una serie de fotografías que nos
presentan otra faceta de la institución: la de servir de inspiración para nuevas creaciones artísticas, en este caso de una
disciplina contemporánea como es la fotografía. Con ello, el museo manifiesta
su apertura al futuro, enraizada en
la memoria de su paso por la
historia.
El
diálogo entre pasado y presente ha permitido a 12 fotógrafos actuales mostrar al
público en 24 fotografías qué significa el museo: la riqueza de su colección, su significación cultural en
España, la configuración de sus espacios y el
público que da sentido a su existencia.
Se
trata de generaciones de artistas diferentes, que aportan visiones distintas y
complementarias no solamente de las obras que custodia el Prado sino también del
propia edificio como contenedor de la colección y como ente vivo y cambiante a
lo largo de la historia, así como del paso del tiempo y las personas por los
infinitos momentos que ha visto pasar el Museo del Prado. Las piezas
fotográficas leen y releen el museo, su tiempo, su espacio y sus obras de valor
incalculable.
Estos
son los artistas que han participado y las ideas que proponen mediante sus
fotografías:
José
Manuel Ballester
Aúna historia y proyección de futuro
en las dos obras que aporta a la exposición. Se trata de una vista de la
paradigmática sala de Las Meninas de Velázquez, pero vaciada
de todos sus cuadros excepto el protagonista mediante manipulación digital (incluso
el cuadro es mero espacio vacío, como hizo en su serie Espacios Ocultos de 2007 al eliminar los personajes de obras
emblemáticos), y otra toma del interior
del Salón de Reinos, a través del cual se realizará la futura ampliación
del museo.
Salón principal.
José Manuel Ballester, 2018. Museo Nacional del Prado
Bleda
y Rosa
Pareja artística y sentimental, María Bleda y José
María Rosa generan un juego de intuición presentando fragmentos de espacios y obras, dejando entrever, respectivamente,
el retrato ecuestre de Carlos V pintado por Tiziano y el realizado por Rubens
del cardenal-infante Fernando de Austria.
Ribera del Elba.
Bleda y Rosa, 2018. Museo Nacional del Prado
Javier
Campano
Inspirado en los numerosos bodegones y en su propia experiencia desarrollando la idea de paseo
por el mercado, presenta dos motivos de gran colorido: pescado y caza, siguiendo
la estela de naturalezas muertas de Bartolomé Montalvo y Juan Sánchez Cotán.
Joan
Fontcubera
Desarrolla el concepto de “imagen” y el tránsito
entre la cultura analógica y la digital. Por ello, se detiene en los vestigios
de este arte y su conexión con el Prado, empleando la microfotografía sobre fragmentos de un grafoscopio que Jean Laurent había empleado para recoger una
panorámica excepcional de la sala central en el museo entre 1882 y 1883. Busca
con ello retratar el paso del tiempo en un instante, la vida de las obras tras
los procesos de restauración y la propia esencia de la fotografía en relación
con su historia.
Alberto
García-Alix
Tras recorrer en soledad las salas de la
pinacoteca durante tres noches, fijó su objetivo en el Descendimiento de Rogier
van der Weyden para construir mediante dobles exposiciones fotográficas una
nueva imagen con los motivos que más embelesaron su retina.
Sin título.
Alberto García-Alix, 2018. Museo Nacional del Prado
Pierre
Gonnord
El fotógrafo de seres vivos muestra una corneja disecada en el Museo de
Ciencias Naturales (en un guiño a los orígenes del museo) y otra fotografía de
un joven visitante procedente de
Austria, cuya mirada invita a la reflexión acerca de la profundidad de la penetración
psicológica del espectador en relación con la experiencia estética que ofrece
el museo.
Christopher.
Pierre Gonnard, 2018. Museo del Prado
Chema
Madoz
Trabaja con los marcos
de los cuadros como contenedores de la obra de arte, presentándolos además como
una metáfora del museo, que sería el gran marco que envuelve o contiene el
tesoro artístico. La otra obra que aporta a la exposición, donde los ángulos de
los marcos de madera se modifican construyendo figuras alusivas a una escuadra y un cartabón, quiere resaltar la importancia del dibujo y el cálculo en
las composiciones pictóricas.
Sin título.
Chema Madoz, 2018. Museo Nacional del Prado.
Cristina
de Middel
Sus fotografías son el resultado de varias
exposiciones de la cámara en diferentes salas, empleando la técnica de la superposición de imágenes repitiendo el
punto de foco con los ojos de los diferentes personajes de una misma familia
real en el mismo sitio. Se genera así una imagen abstracta que mezcla los
rasgos de todos los retratos, en una referencia a la endogamia y la perpetuación
del poder monárquico.
Isabel
Muñoz
Sus dos obras de danzantes en el agua encuentran su inspiración en las composiciones
barrocas de rompimientos de gloria o ascensiones de santos y místicos que
ascienden al cielo. Destaca el hecho de que sus trabajos están realizados con
la técnica de la calotipia, que
supone el revelado de la imagen sobre un papel con nitrato de plata y ácido
gálico.
San Hermenegildo.
Isabel Muñoz, 2018. Museo Nacional del Prado
Aitor
Ortiz
Se fija en la utilización de espacios efímeros dedicados a las arquitecturas creadas para exposiciones
temporales.
Exposición temporal 001.
Aitor Ortiz, 2018. Museo Nacional del Prado
Pilar
Pequeño
Reinterpreta los bodegones de Meléndez y Zurbarán en clave fotográfica, modificando
ciertos aspectos de sus composiciones, elementos y tratamiento de la luz y obteniendo
un resultado estético propio.
Copa de agua y un clavel.
Pilar Pequeño, 2018. Museo Nacional del Prado
Javier
Vallhonrat
Interesado en los espacios experienciales, sucede
planos de elementos vegetales entre los que inserta otras fotografías, con un
resultado que integra todos esos fragmentos para tratar de generar un único
tejido orgánico.
Globalmente,
la exposición pone de manifiesto la suficiencia
de la fotografía como arte autónomo con sus propias herramientas
lingüísticas, si bien es cierto que se pone aquí al servicio de las disciplinas
artísticas tradicionales entre las que se encuentran la práctica totalidad de
las obras de la colección del Museo del Prado. Funciona así como instrumento de
acercamiento a la realidad preexistente, algo patente en las fotografías que
registran cuadros, siguiendo la paradoja de representar lo representado en aras de evidenciar la riqueza del
arte dentro del arte, del artista contemporáneo que dialoga con el antiguo
maestro, del fotógrafo que se inspira en quien ya plasmó su genio en otro
soporte.
La
riqueza de la exposición radica en las propias obras más que en la puesta en
escena de las mismas, ya que el angosto espacio de la galería norte de la planta baja del edificio Villanueva no permite
gran afluencia y limita la visión de las fotografías. En todo caso, se trata de
una pequeña muestra que cumple adecuadamente con su propósito de servir de
puerta de acceso a los grandes proyectos expositivos que conlleva la celebración
del Bicentenario del Museo del Prado, y acercar al público de la institución al
arte contemporáneo.
Queremos
finalizar destacando que la exposición fue comisariada por Francisco Calvo Serraller,
historiador, ensayista, crítico de arte, catedrático universitario y director
del propio Museo del Prado (1993-1994), fallecido hace apenas unos días (16 de
noviembre). Nuestro reconocimiento a su trayectoria y nuestro agradecimiento
por este último trabajo.
Fotografías:
© Museo Nacional del Prado
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