FICHA TÉCNICA
- Título: La gran ola de Kanagawa.
- Autor: Katsushika Hokusai.
- Cronología: 1830-33.
- Estilo: Ukiyo-e.
- Técnica: Grabado.
- Medidas: 25 cm. x 37 cm.
- Ubicación: Museo Metropolitano de Nueva York (Estados Unidos).
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
Vemos una típica de representación de yoko-e, es decir, una composición formada por un paisaje compuesto por tres elementos
principales, en este caso: el mar, el
monte y las barcas.
En primer plano observamos el nacimiento
de la ola y en segundo plano la gran ola
que da nombre al cuadro. Pero un elemento destacable es el monte del fondo,
ligeramente desplazado a la derecha de la composición.
Vemos la cima elevada que nos permite
reconocer la fundación rocosa como el Monte
Fuji, que queda relegado en la lejanía de la escena, es tan protagonista
como el turbulento mar, y ha sido icono de diferentes obras artísticas a lo
largo de los años. Por este motivo se convirtió en símbolo identificativo de la identidad japonesa, convirtiéndose en un icono para
su arte nacional interpretado
como un motivo sagrado y símbolo de
belleza natural.
Partiendo de la ola y la montaña ya
podemos situarnos en un espacio concreto, que en este caso corresponde a Japón. Es interesante como la comunidad
japonesa decidió mediante la tradición artística, a lo largo de los años, que
fuera el monte Fuji lo que les identificará y como, nosotros, hoy día, al ver
una obra con esta característica nos
transportamos directamente a tierras japonesas. De esta manera gracias al
fenómeno mental de conectar imágenes y ponerlas en relación podemos alcanzar el
significado y esencia de aquello que vemos.
El tercer elemento mencionado son las
barcas, las tres oshiokuri-bune, son barcas rápidas que se dedican a transportar
peces vivos desde las penínsulas de Izu i Bösö hasta los mercados de la bahía
de Edo. Vemos estas tres barcas en medio de la tormenta, amenazadas por la gran
ola. Cada barca está tripulada por ocho trabajadores, más dos en el frente de
la embarcación, así tenemos un total de
treinta hombres que aparentemente están en peligro.
ANÁLISIS FORMAL
Observamos a unos hombres enfrentados directamente contra la naturaleza, una
naturaleza desenfrenada y agitada, que podría interpretarse como un castigo de los dioses contra las
embarcaciones.
Siguiendo con el elemento de las oshiokuri-bune, donde van los personajes, existen dos
lecturas posibles según la procedencia del observador de la obra. Un
observador occidental podría interpretar que las barcas se encuentran en un intento de alejarse de la tormenta,
intentando ir hacia la derecha huyendo del mar. Pero un observador japonés, como el autor de la
misma obra, teniendo en cuenta que su método de lectura es de derecha a izquierda,
ven como las barcas van directamente
hacia la tormenta, es decir, hacia la ola.
Esta tormenta marítima, que venimos
comentando desde el principio, es el punto focal de la gran fuerza de la
composición, codificada
en la gran ola la cual ocupa un espacio mayor dentro del marco representativo.
Estamos observando el momento álgido de
la ola, captada en su total majestuosidad y congelada en su forma ya
espiral, interpretada como un marco simbólico para el verdadero referente del
cuadro: el monte Fuji.
El artista y autor de la obra, Hokusai,
vivió el terror del océano desbocado,
envolviendo su propio país. De esta experiencia el autor supo plasmar su
brutalidad, la fuerza del agua que casi
toca el cielo. En este punto tiene gran relevancia el cromatismo, un azul profundo del mar tormentoso
compaginado con la blanca espuma del
mismo mar que rompe y se agita. Es especial también la cumbre de la ola, su
espuma, donde la forma se asemeja a zarpas de animales, haciendo hincapié en la brutalidad del
mar, de la que caen pequeñas gotas.
Hemos de tener en cuenta que el arte no imita directamente la naturaleza
sino que el arte es el encargado de realizar un proceso de expresión de la
misma. Vemos en la obra de Hokusai como no hay pinceladas de estilo
naturalistas sino que se caracteriza por un fuerte grafismo, alejado de la
realidad, pero representando la esencia de la escena y adquiriendo una verdad
presente en su representación.
Es decir, frente a esta obra de cierta
abstracción, el observador puede reconocer el mar, a los pesqueros y
trabajadores en sus barcas y el gran monte Fuji.
En este punto debemos recordar a Nietzsche quien dijo que el arte está inscrito dentro de la propia
naturaleza, la cual es artística y contiene impulsos estéticos en sí misma.
De esta forma Hokusai, recibe unas impresiones directamente del medio natural,
que asimila y plasma sobre el soporte artístico creando su propio arte, con la
técnica y formas que él considera que se adaptan mejor para representar su
origen y la fuerza del mar.
BIBLIOGRAFÍA
Nietzsche, F. (2011) El naixement de la
tragèdia. Cataluña; Adesiara editorial
Farthing, S. (2010) ARTE,
TODA LA HISTORIA. Barcelona: BLUME
Carpenter, J. (2014) Hokusai’s Iconic “Great Wave”. Consultado en: https://www.metmuseum.org/blogs/now-at-the-met/2014/great-wave
GALERÍA DE IMÁGENES
Carmen Comas
Muy interesante publicación
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