FICHA TÉCNICA
- Obra: Casa Milà (“La Pedrera”)
- Autor: Antonio Gaudí.
- Cronología: 1906-1910.
- Estilo: Modernismo.
- Material: piedra caliza.
- Ubicación: Barcelona.
La nueva sociedad burguesa de la Barcelona del siglo XIX precisaba una arquitectura que evidenciara la idea de progreso y riqueza. El Paseo de Gracia se convirtió,
comenzando el siglo XX, en la avenida más importante de la ciudad condal, con
selectas cafeterías, exclusivos teatros y los primeros edificios de viviendas
emblemáticos de la burguesía barcelonesa.
Para entonces, Gaudí ya había realizado diferentes
proyectos de edificios y muebles para el Ayuntamiento de Barcelona y para algunas
familias adineradas. Con una amplia obra
marcada por su profunda religiosidad, había conseguido ya gran fama gracias a
su estilo definido, trabajando con maquetas en lugar de planos y efectuando
trabajos artesanales de altísima calidad con vidrio, hierro, madera y cerámica
tratada con la técnica del trencadís.
Si bien su obra magna es la inconclusa Sagrada Familia, a la que dedicó en
exclusiva los últimos años de su vida, entre la arquitectura civil destaca el Park Güell (1900-1914), ciudad-jardín
realizada al modo inglés en colaboración con Jujol, y la Casa Battló (1904-1906). Su
última obra civil fue, precisamente, La Pedrera.
ANÁLISIS FORMAL
ANÁLISIS FORMAL
La
Casa Milà,
conocida popularmente como “La Pedrera” por el aspecto pétreo de cantera que ofrece al exterior, es un edificio de
viviendas encargado por el empresario Pere Milà y su mujer Roser Segimon, que
se trasladaron al piso principal y alquilaron los restantes.
La estructura de la Casa Milà es libre,
sin muros de carga. Está delimitada en la totalidad de su interior por tabiques no estructurales, lo que
permite una flexibilidad máxima para una sencilla adaptación a diferentes usos
del espacio, mediante la modificación o eliminación de estos tabiques. La propia fachada es un muro cortina. La
única excepción la conforman las paredes que recubren la escalera, que sí
constituyen muros portantes.
En el exterior destaca además el trabajo
de forja en las puertas de acceso, pero especialmente en las 32 balconadas elaboradas con restos de chatarra, que poseen un
sentido decorativo; según ciertas interpretaciones, simbólico, pero, en todo
caso, inédito y conceptualmente precursor de la escultura española contemporánea.
La casa posee seis plantas con ocho
viviendas cada una, siendo la inferior un sótano con espacio habilitado para
cochera. Estos espacios de viviendas se desarrollan alrededor de dos patios
interiores para iluminar y ventilar, uno de planta circular y otro de planta
oval.
En el desván hay arcos tabicados a
distintas alturas de ladrillo con una forma característica de la obra
gaudiniana: la forma catenaria, o de
parábola sustentada por dos puntos, como una cadena invertida.
Ya en la azotea se pueden observar
diferentes zonas con desniveles, según los arcos tabicados del nivel inferior
del desván. Aquí, en la solana, se ubican las ocho salidas de las escaleras del
edificio.
Además, Gaudí diseñó toda la decoración interior, desde las sinuosas líneas
ondulantes de los techos hasta las molduras, pavimentos y tiradores
antropomorfos y ergonómicos, pasando por la totalidad de los muebles (sillas,
alacenas, armarios).
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
La Casa Milà
tiene vocación de obra de arte total. Aúna
arquitectura, pintura, escultura y artes decorativas. Los significados que
encierran los motivos proyectados por el arquitecto catalán son, aún hoy,
controversiales.
Los guiños de la
iconografía arquitectónica van desde la propia disposición en chaflán de una de
las tres fachadas, solución empleada por Ildefonso
Cerdà (1815-1876) en el Ensanche, hasta las influencias estilísticas de
arquitectos modernistas como Victor
Horta (1861-1947) o Hector Guimard
(1867-1942). Sin embargo, en Gaudí la sinuosidad de las curvas no sigue formas ígneas, sino que emplea
perfiles mucho más orgánicos, similares a rocas modeladas por el mar en techos
y pavimentos. En el trabajo de forja trabaja con gran imaginación formas vegetales y animales, zarcillos y
espirales, propiciando juegos de luces y sombras que aumentan el dinamismo;
lo mismo sucede en la fachada. Inaugura así una estética personal y única.
Además de las
torres de ventilación y cajas de escalera que conducen del desván a la azotea,
algunas de trencadís y otras de estuco, las
chimeneas adoptan formas caprichosas, enroscadas sobre sí mismas o bien
agrupadas en tres salidas de humo recubiertas de cerámica vidriada. Estas
formas recuerdan a soldados medievales,
como guardianes de la casa, con gran fantasía.
A lo largo de la
cornisa exterior del último piso, Gaudí dispone el “Ave María” en latín intercalado con capullos de rosa, y, aunque
estaba prevista la colocación de una estatua de bronce de la Virgen del Rosal en el remate de la
edificación, nunca llegó a colocarse
como consecuencia de los sucesos de la Semana Trágica de 1909:
La
obra está concebida como un monumento a la Virgen del Rosal
Antonio Gaudí.
En
efecto, a pesar de su carácter civil, el simbolismo religioso de la Casa Milà
es muy grande: la propia obra se concibe
como una gran escultura sobre la vida y la muerte dedicada a la Virgen, con
motivos en las cornisas y la azotea que la identifican como “estrella de la mañana” y “rosa mística”. Además, la inclusión de
las formas de la naturaleza en forma figurativa (árboles, palomas) y no
figurativa (líneas orgánicas) trasciende el espíritu geométrico clásico para
explorar elipses y curvas genuinamente modernistas. Estas dos fuentes de
inspiración son claves para entender su obra:
Hay
dos revelaciones: una la doctrinaria de la Moral y de la Religión, y otra la
que se guía por los hechos, que es la del gran libro de la Naturaleza
Antonio Gaudí.
CURIOSIDADES
La Pedrera es el octavo monumento más visitado de toda
España.
Uno de los inquilinos de una
vivienda de la Casa Milà fue el príncipe egipcio Ibrahim Hassan (1879-1918), sobrino del sultán de Egipto y…
empresario en Barcelona.
La decoración pictórica fue
dirigida por Aleix Clapés
(1846-1920), pintor simbolista que representó temas mitológicos presentes en
tapices de la colección de Patrimonio Nacional, así como alegorías y motivos
fantásticos.
A la muerte de Gaudí, Roser Segimon (viuda de Pere Milà), cambió toda la decoración interior, modificando
motivos decorativos e instalando nuevos muebles, ya que no le gustaba el diseño
del artista.
Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO
en 1984.
GALERÍA DE IMÁGENES
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
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Vista exterior de las fachadas. |
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Planos del tercer piso. |
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Balcones de forja. |
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Arcos del desván con forma de catenaria. |
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Vista del patio interior oval. |
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Azotea. |
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Detalle de las chimeneas en la azotea. |
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Detalle de las salidas de humo de la azotea con vidrio y cerámica en trencadís. |
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
BOSSEGODA NONELL, Juan: “Símbolos
y simbolismos ciertos y falsos en la obra de Antonio Gaudí”, Anales de Literatura Española, n. 15,
Alicante, 2002.
GAYA NUÑO, Juan Antonio: Arte del siglo XX. Ars Hispaniae, v. 22,
Madrid, 1977.
GÓMEZ-MORÁN CIMA, Mario;
BASSEGODA NONELL, Juan; URRUTIA NÚÑEZ, Ángel: Arquitectura del siglo XIX, del modernismo a 1936 y de 1940 a 1980.
Historia de la arquitectura española, v. 5, Barcelona, 1986.
PÉREZ ROJAS, Javier: El siglo XX: persistencias y rupturas,
Madrid, 1994.
LA PEDRERA:
https://www.lapedrera.com/es/la-pedrera (Consulta: 22/06/2018).
https://www.lapedrera.com/es/la-pedrera (Consulta: 22/06/2018).
María del Camino Viana
Gracias María! Un poco de luz acerca de mi ciudad favorita!
ResponderEliminarTe seguiré leyendo.
Gracias por llevarnos al interior de La Pedrera y al interior de Gaudí, genio único que plasmó en la arquitectura una estética profunda del ser humano, que llega a los hombres de nuestro tiempo.
ResponderEliminarEnhorabuena!