Vincent Willem van Gogh nació en Groot-Zundert, un pueblo perteneciente al Brabante Septentrional (Holanda) el 30 de marzo de 1853 y murió a la temprana edad de 37 años en Auvers-sur-Oise, Île-de-France (Francia). Fue el mayor de seis hermanos, aunque no fue el primogénito de la familia. Su padre, Theodorus van Gogh, era pastor protestante. Es una de las grandes figuras de la Historia del Arte y uno de los pintores más icónicos del postimpresionismo. Su obra fue siempre un reflejo de su existencia y, también dejó parte de su notable sensibilidad en las más de 800 cartas que escribió al largo de su corta vida.
INFANCIA
Y PRIMEROS AÑOS
Vincent
siempre llevó encima un tipo de pesar por haber sido el hijo que
sustituyó al primero, que había nacido muerto justo el mismo día
del año anterior y al que también llamaron Vincent. El pequeño fue
un solitario y asistió a la escuela de manera muy irregular hasta
que dejó definitivamente los estudios a los quince años. Ya de
adolescente desarrolló un carácter muy difícil, cosa que le hacía
tener una personalidad cambiante y que fuera muy inestable.
Su primer trabajo relacionado con el arte fue de marchante en la
filial de la galería Goupil & Co en La Haya y al poco tiempo le
trasladaron a Londres, donde conoció la pintura de Millet. Dada la
profesión de su progenitor, se educó en un ambiente muy marcado por
la religión, cosa que, en un principio, fue su inclinación
profesional. Leía la Biblia con asiduidad y a menudo incluía citas
en las cartas que le escribía a su hermano Theo. Su etapa como
marchante de arte se acabó en 1876, cuando la galería le despidió
por su creciente falta de interés. Vincent estaba interesado en el
arte, pero como creador. Desde entonces decidió dedicarse a ser
predicador y se mudó al Borinage, una de las regiones más pobres de
Bélgica. Allí convivió con sus habitantes, que se dedicaban a la
explotación minera del carbón; allí vivía en la pobreza, pero a
pesar de su ferviente dedicación a difundir la Palabra de Dios no
logró crear una comunidad de fieles y prescindieron de sus
servicios. De esa época es la obra Los campesinos comiendo
patatas, una de sus obras más célebres. Su siguiente destino
reseñable fue París, donde vivió con su hermano.
DE
PARÍS A ARLÉS: LAS LUCES DEL SUR
La llegada de Vincent a París supuso un cambio radical en su
producción artística; allí abandonó los colores ocres y grises de
su primera época y la influencia de los impresionistas y las
estampas japonesas cambiaron por completo su paleta cromática y los
objetos de su arte. Pasó de pintar campesinos a cafés nocturnos y
sus colores eran cada vez más brillantes. En París, Vincent
frecuentó museos y entró en contacto con los grandes maestros y
también con los artistas del momento, de quienes era marchante su
hermano.
A pesar de todo lo que le ofreció la ciudad de las luces, a los dos
años estaba aborrecido de la frenética vida de la gran ciudad; el
20 de febrero de 1888 llegó a la ciudad provenzal de Arlés y se
instaló en la célebre Casa Amarilla. Allí, su ritmo creativo se
disparó y se transformó como artista. Trabajaba a con ahínco,
embriagado de la luz y los colores mediterráneos. Era tal su
entusiasmo que emprendió su propio proyecto: siguiendo la influencia
de los primeros impresionistas nacidos en la Escuela de Barbizon,
Vincent quería crear un grupo de artistas del sur, cuyas obras
pudieran ser vendidas por Theo en París.

"Gauguin y yo hablamos mucho de Delacroix, Rembrandt & c. La discusión es excesivamente eléctrica. A veces emergemos de ella con mentes cansadas, como una batería eléctrica después de que se ha agotado" (18 de diciembre de 1888).

ÚLTIMOS
AÑOS: LOS ALBORES DE LA LOCURA
Cuando Vincent salió del hospital y al regresar a la Casa Amarilla
retomó su trabajo con la pintura. En los momentos en que era atacado
por sus dolencias se quedaba totalmente paralizado durante un tiempo
y en los momentos de lucidez intentaba recordar lo sucedido y los
aprovechaba para pintar. La pintura se convirtió su mejor remedio
contra sus demonios.
El Dr. Urpar le diagnosticó una enfermedad mental y recomendó a
Theo que ingresara a Vincent a un hospital psiquiátrico, ya que
desde el hospital de Arlés no disponían de medios para lograr que
se recuperara. Desde París, Theo seguía informado gracias al
cartero Roulin, el reverendo Salles y el Dr. Rey del estado de salud
de su hermano. Las cosas empeoraron gravemente cuando los habitantes
de Arlés se alzaron contra el pintor. Las noticias sobre su locura
se habían propagado como la pólvora y firmaron una petición
escrita para que fuera internado en un asilo; no querían que se
hospedara en la Casa Amarilla por miedo a que pudiera hacerles daño.
Vincent quedó devastado al ver que la gente le rechazaba, pero al
final se dio cuenta de que no podía seguir viviendo solo y se
internó voluntariamente en el hospital psiquiátrico
Saint-Paul-de-Mausole en Saint-Rémy, en el que vivió durante un
año.
Los primeros meses le dejaban salir al exterior para pintar, pero
conforme iban pasando los meses, las crisis eran cada vez más
frecuentes y más fuertes. COn el tiempo, Vincent entristeció y a
pesar que su mayor anhelo era dejar el asilo, acabó perdiendo la
esperanza de recuperarse. Las obras representativas de los últimos
meses fueron copias de obras como La resurrección de Lázaro de
Rembrandt y la Pietà de Delacroix. Su apego a la religión
era ahora un reflejo de su estado vital.
Al salir del asilo, se mudó a Auvers-sur-Oise, cerca de París, para
estar más cerca de Theo y éste le pidió al Dr. Gachet que cuidara
de él. Vincent trabajó muchísimo en sus últimos meses de vida,
pero era un hombre roto que había visto su vida totalmente perdida y
sus proyectos fallidos. Pasados cuatro meses de llegar, se quitó la
vida.
THEO,
HERMANO Y MECENAS

Theo
fue un trabajador incansable, pero corrió el mismo destino que su
hermano y falleció con solamente 33 años en el Hospital de Utrecht
a causa de la sífilis seis meses después que Vincent. Fue enterrado
junto a él en el cementerio de Auvers-sur-Oise.
EL
AMOR, SU ASIGNATURA PENDIENTE
Una de
las grandes carencias de Vincent van Gogh fue las relaciones
amorosas. A lo largo de su vida hubo dos mujeres con las que intentó
vincularse pero que acabaron en fracaso:
Kee
Vos-Stricker: Kee y Vincent mantenían un parentesco de primos.
Cuando fue a visitar a sus parientes en Etten en el año 1881, Kee
hacía muy poco que había quedado viuda y a cargo de su hijo Jan.
Vincent la amaba y quería ayudarla a superar su pérdida. Ella le
rechazó todas las veces que él le declaraba sus sentimientos y toda
la familia de Vincent hizo imposibles para que regresara de Etten y
se olvidara de la chica. Pero él siguió enviándole cartas y ella
se fue a vivir a Amsterdam con sus padres para que la dejara en paz.
Al rechazar los padres de ella que Vincent la viera, él metió la
mano en la llama de una lámpara, cosa que hizo que sus parientes le
echaran de mala manera.

BIBLIOGRAFÍA
BONAFOUX, Pascal: Van Gogh: el sol en la mirada. Barcelona, 2011.
NAIFEH, Steven y WHITE SMITH, Gregory: Van Gogh: la vida. Madrid, 2012.
PEYRÓ, Ignacio: Van Gogh. Madrid, 2007.
Laura Solé
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