FICHA TÉCNICA
- Obra: Ecce Homo
- Autora: Luisa Roldán, “La Roldana”
- Cronología: 1684
- Estilo: Escuela barroca andaluza
- Materiales: Madera policromada
- Técnicas: Talla y policromado
- Dimensiones: Tamaño natural, 1’68 m
- Ubicación: Catedral de la Santa Cruz de Cádiz
CONTEXTO HISTÓRICO
El
Ecce Homo, ubicado en la Capilla de
San Sebastián de la Catedral de Cádiz, es una de las obras más sobresalientes
de La Roldana (Sevilla, 1652 –
Madrid, 1706), hija del escultor Pedro Roldán y primera mujer en ocupar el
cargo de escultora de cámara del rey.
La
obra fue un encargo para el convento de los Carmelitas Descalzos donde
permaneció hasta la Revolución de 1868, que fue trasladada a la catedral. Con
La Contrarreforma como telón de fondo, la Iglesia se había convertido en
principal promotora de arte, y la escultura barroca española adquiere un
carácter único cuya principal pretensión es provocar la piedad y persuadir a
través de los sentidos mediante la representación de los programas iconográficos
religiosos.
ANÁLISIS FORMAL
En
esta obra de imaginería tallada en madera, en bulto redondo de cuerpo entero, los
gruesos tallos de la corona y la soga también están virtuosamente tallados en
el mismo bloque de madera. Cristo aparece de pie, en un suave contraposto;
la cabeza se encuentra inclinada ligeramente hacia su hombro derecho, coronado
de espinas, y las manos atadas, sujetando una caña a modo de cetro,
parcialmente desnudo y cubierto por un manto color púrpura. Muestra los ojos abiertos
y su mirada se dirige hacia la parte inferior. La boca también se halla
entreabierta, en un suspiro agotador, complementada con la inclinación de la
cabeza, acentúa su expresividad y otorga una gran naturalidad.
El
detalle anatómico es perfecto, la escultora incorpora un trato muy personal
donde destaca el extremo naturalismo, apreciable en la minuciosidad con que se
describen músculos y venas en sus brazos, caídos y cruzados por delante de la
cintura, y el detalle de las manos, grandes y de dedos alargados
característicos en la escultora. La imagen muestra un finísimo modelado enmascarado
bajo los volúmenes del manto, recorrido por una orla dorada, que envuelve la
figura formando numerosos pliegues y dobladuras que otorgan efectos de
claroscuro, una intencionalidad plástica que crea contraste con la tersura de
la anatomía.
La
emoción aparece concentrada en el rostro, verdadero centro expresivo, que sigue
las pautas habituales del prototipo: cabeza inclinada hacia su derecha, con cabellera
abundante sobre sus hombros, semblante de dolor contenido, la mirada baja y
afligida, boca entreabierta, y barba larga que finaliza en dos puntas.
La
figura responde al gusto barroco, transmitiendo fielmente los rasgos formales
de la escultura barroca española, pues se nos ofrece no solo su grandeza psicológica,
sino una anatomía elegantemente elaborada. La escultora plasma con autentica maestría
la emoción, aunque destacando el matiz humano menos dramático, muy característico,
un registro donde ablanda la expresión en el sentido de la visualidad, además
de ser una nota de modernidad que implica acercar la religiosidad a la
humanidad suponiendo, en cierto modo, una variante dentro de lo que es la imaginería
del barroco español de una expresividad religiosa demasiado dramática en el
caso andaluz.
Desgraciadamente
la policromía original de la imagen, realizada por su esposo Luis Antonio de
los Arcos, fue modificada en el siglo XVIII; y, aunque las encarnaciones se
procuraron mantener, junto a otras huellas de la flagelación como la sangre, en
el manto se incorporó un ornamento dorado con motivos de rocallas, alterando la
estética de la imagen.
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
La
imagen recoge el momento de la Pasión de Jesús de Nazaret en que, tras el
azotamiento, es coronado de espinas, vestido con manto color púrpura y presentado
ante el pueblo como rey de los judíos
por Poncio Pilato, gobernador de la provincia romana de Judea, ante
la muchedumbre y pronunciando las palabras Ecce
Homo.
“Y
salió Jesús, llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les
dijo: ¡He aquí el hombre!” (Juan 19:5)
Esta
iconografía proviene del grabado del mismo tema, de cuerpo entero, firmado por
Alberto Durero en 1512 y cuya imagen será tomada como modelo de Ecce Homo, muy recurrente en el barroco
español, principalmente en el foco castellano y más concretamente en el
andaluz. Esta escena evangélica es muy
similar a otras tipologías denominadas Vir
Dolorum o Varón de dolores.
![]() |
Grabado de Alberto Durero, 1512 |
CURIOSIDADES
Mientras
muchas de sus obras del periodo sevillano no fueron firmadas por la artista,
dificultando su atribución, esta es su primera obra perfectamente documentada.
Durante los trabajos de restauración realizados en 1984, aparece alojado en su
interior un documento fechado en 1684 donde la escultora certifica su autoría y
cronología se autodenomina "insigne autora" y afirma haber sido
ayudada por su marido. Conservada y expuesta en el Museo Catedralicio, al
reverso de dicho documento aparecen diversos esbozos de rostros realizados por
la Roldana.
Otra
imagen del Ecce Homo de la
misma autora, en la modalidad de busto, es el de la iglesia de San Francisco de
Córdoba.
![]() |
Ecce Homo. Luisa Roldán, 1684. Iglesia de San Francisco, Córdoba |
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
BARRIONUEVO,
Raquel. “La escultora de cámara. Luisa Ignacia Roldán”, Escultoras en su contexto: Cuatro siglos ocho historias (siglo XVI al
XIX). Madrid, 2011.
GARCÍA
OLLOQUI, María Victoria. Luisa Roldán: La
Roldana. Nueva biografía. Sevilla, 2000.
TORREJÓN
DÍAZ, Antonio y ROMERO TORRES, José Luis. Roldana,
catálogo de exposición. Junta de Andalucía y Consejería de Andalucía, 2007.
IMÁGENES
CATEDRAL
DE CÁDIZ: http://www.catedraldecadiz.com/galeria-de-fotos-catedral-de-cadiz/
(Consulta: 23/05/2018)
Rosario Quirós
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