- Título de la obra: El Infierno
- Autor: Giovanni di Pietro Faloppi (Giovanni da Modena).
- Cronología: 1410
- Estilo: Gótico tardío
- Material/ técnica: Fresco
- Ubicación: Basílica de San Petronio, Bolonia
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
La
representación del infierno ha sido uno de los tópicos clave en la religión
cristiana – y en muchas otras más- como una forma de simbolizar el castigo que
se tiene tras una vida llena de pecados mortales. Este lugar tan temido por
muchas culturas y creencias fue descrito por primera vez por un escritor griego
del siglo II, en una narración llamada Apocalípsis
de San Pedro. En la Edad Media tuvo mucha importancia el relato titulado La visión de San Pedro, en el que se
cuenta que este apóstol descendió al infierno
junto con un ángel y que presenció una serie de sucesos que le dejaron
horrorizado. Un ejemplo de éstos es el árbol de fuego de donde colgaban
pecadores de sus ramas – en el fresco de Giovanni da Modena podemos encontrar
una representación parecida en la parte superior-.
Encontramos otra posible
influencia en este fresco, de otro relato llamado Vida de San Pacomio, escrito por otro autor anónimo griego, en el
que cuenta la visión que tuvo este monje
de un valle rocoso en el inframundo. Sin embargo, la narración más importante
que podemos encontrar del infierno son los versos de La Divina Comedia de Dante Alighieri, donde cuenta detalladamente
todos los diferentes círculos del inframundo y para qué pecado están dirigidos.
Es él quien crea la versión del infierno que ahora conocemos, donde se mezclan
seres paganos y clásicos en un mismo mundo lleno de terror.
La obra de Giovanni es un gran ejemplo de cómo se
concebía el infierno; en él encontramos a figuras humanas torturadas, colgadas
y sodomizadas por pequeños diablos. Pero de esta pintura hay dos figuras que nos
pueden llamar más la atención. Por una parte el gran demonio que hay
representado en el centro del fresco, que posee dos caras –una en la cabeza y
otra en la entrepierna- por las que devora a los pecadores. Este personaje se
relaciona con la figura femenina ya que el demonio se ha equiparado en muchas
ocasiones a Lucifer, que se solía representar como mujer, por su lujuria. Otro
personaje representado como un diablo es Lilith, la primera mujer de Adán que
se narra en los escritos rabínicos del Antiguo Testamento -Talmud- y que a pesar de ser eliminada del Génesis,
quedó en la tradición su figura maligna por desobedecer y condicionar al
hombre. Según el Talmud, ésta se la expulsó del Paraíso por no obedecer a Adán
y por ello se la representa como un demonio y devoradora de infantes.
Por otra parte,
llama la atención una figura tendida en
una roca mientras un demonio lo sujeta del cuello. Debajo de ésta pone el
nombre de Mahoma –Mahomet-, que es
representado como hereje y castigado por ello,
a pesar de que nos descoloque ver esta figura representada, era muy
común en esta época ver la figura de Mahoma castigado y torturado por ser
enemigo y por tanto hereje. Por esta representación, en 2002, extremistas
islámicos conspiraron con hacer explotar esta iglesia para eliminar este
fresco.
ANÁLISIS FORMAL
Vemos un
aprovechamiento máximo de todo el espacio; allá donde miremos encontramos
figuras con una gran expresividad que nos demuestran, retorciéndose, el inmenso
dolor que causa el infierno. Podríamos llegar a denominar a este fresco de horror vacui por la multitud de figuras
que hay en él. Por otra parte, no vemos una gran profundidad, típico del
gótico, donde se comenzaba a experimentar con el espacio, al igual que los
tamaños desiguales que adoptan las figuras. Otro carácter formal es la línea
curva que lo podemos observar en los cuerpos contorsionados a la vez que aporta
movimiento en algunas figuras, como es en los pequeños demonios dispersados por
toda la escena.
La anatomía de
las figuras es bastante homogénea en todas, al igual que los rostros, sin
embargo se ve más cuidado el detalle en la representación del gran demonio en
el que se ve que el artista se tomó más tiempo para reproducir el pelaje y los
dos rostros del mefistofélico ser.
CONCLUSIÓN
La
representación del infierno ha solido atraer a los fieles y a los estudiosos ya
que se expresa un mundo terrible que no deja de ser una imaginación del ser
humano y que cada artista lo ha reflejado de una determinada manera con o sin
fuentes en las que basarse. Así como la utilización del inframundo para
propagar el miedo en los fieles para que no se desviaran del camino que Cristo
siguió.
GALERÍA DE IMÁGENES
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BIBLIOGRAFÍA
Marina Cuevas
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