FICHA TÉCNICA
- Título de la obra: Último día de Numancia
- Autor: Ramón Martí Alsina
- Cronología: 1858
- Estilo: Pintura de Historia del siglo XIX
- Técnica: Óleo
- Soporte: Lienzo
- Ubicación: Museo del Prado, Madrid

ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
Nos encontramos con una obra que
derrocha fuerza, honor y angustia a partes iguales.
Pongámonos en situación: estamos
en el año 134 a .C.
El general Publio Cornelio Escipión Emiliano se traslada junto a sus tropas a
las inmediaciones de una rebelde ciudad celtibérica, único reducto que se
interpone entre la todopoderosa Roma y su afán conquistador. Llevan más de
quince años intentando reducirla, pero las gentes de la ciudad se resisten de
manera férrea. Estamos hablando de Numancia, buque insignia de la resistencia a
la conquista romana (junto con Lusitania y su archiconocido Viriato).
Tras intentar todos los ingenios
militares y estratégicos conocidos por Roma, Escipión decidió trasladarse con
sus legionarios a las inmediaciones de Numancia. Su estrategia no fue atacar la
ciudad (cosa que había comprobado que no daba resultado) sino algo más
sencillo: poner un cerco para evitar que los numantinos recibiesen ningún tipo
de víveres ni refuerzos, lo que les llevaría a la rendición por falta de
recursos.
Las tropas romanas comenzaron
atacando los lugares de alrededor de la ciudad, dónde los numantinos se
aprovisionaban, quemando los campos. Después, el general organizó siete
campamentos alrededor de Numancia con fosas, terraplenes, empalizadas… y unió
todos los campamentos con un muro de nueve kilómetros, cerrando así por completo
el acceso a la ciudad.
Los numantinos soportaron el
asedio con la mayor valentía posible, pero empezaron a escasear las
provisiones. A sus calles llegó la enfermedad y el hambre, recurriendo incluso
al canibalismo para poder sobrevivir. Tras varios meses de resistencia y viendo
que no les quedaban más alternativas, los numantinos decidieron poner fin a la
situación. Pero no abrieron las puertas y se entregaron de forma pacífica al
enemigo romano. Decidieron acabar con todo antes que caer en manos
conquistadoras. Por ello, incendiaron la ciudad y la gran mayoría puso fin a
sus vidas. Sólo unos pocos sobrevivieron, siendo vendidos como esclavos unos y
llevados a Roma como trofeo otros. Precisamente el momento final de
Numancia es el que muestra Martí Alsina en esta espectacular obra, presentada
en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1858, siendo la primera vez que un
tema así aparece en certámenes de este tipo.
Es una obra angustiosa, que
acongoja a quien la observa y le traslada al sufrimiento de los numantinos. Un
grupo tumultuoso se apiña en las murallas de la ciudad, ya en llamas, mientras
los romanos acechan al fondo de la escena.
En primer término podemos ver a
un joven numantino con el torso desnudo que, lleno de ira e impotencia, pisotea
los símbolos romanos (vemos a sus pies una bandelora con la inscripción SPQR).
En medio de caos y desesperación, el autor nos muestra varias historias
individuales que acentúan, más si cabe, el ambiente que se vivía en la ciudad. Un
hombre barbado y con manto azul acaba de matar a su esposa e hijo para evitar
que cayesen en manos enemigas. En la parte derecha, una mujer habla con su hija
mientras sujeta un cuchillo con el que pretende acabar con la vida de la joven.
A su lado, un personaje toma veneno. En la zona superior, un anciano infunde
valor a los numantinos, mientras a su lado una joven pareja se despide con un
último beso. Los personajes huyen en diferentes direcciones, despavoridos. Todo
ayudado por el uso del color y la luz.
ANÁLISIS FORMAL
Como se apuntaba anteriormente,
esta obra fue la primera de esta temática que se expuso en los certámenes de
Bellas Artes, más acostumbrados a obras más clasicistas y amables. Sin embargo,
en ella podemos ver ya el comienzo del espíritu apasionado del Romanticismo,
ofreciendo así una alternativa a los modelos clasicistas, aunque hay que
apuntar que aun se ven ciertas reminiscencias de este estilo en algunas
figuras, como por ejemplo en el tratamiento del rostro en escorzo de la mujer
que aparece muerta en primer término, que podría recordarnos a bustos de la
Antigüedad Clásica; o la mujer que va a matar a su hija, concebida como las
grandes esculturas monumentales clásicas.
Ramón Martí Alsina se
desenvolvía a las mil maravillas como pintor de paisajes, vistas urbanas,
escenas costumbristas y desnudos, teniendo un gran interés por la anatomía
humana, como podemos comprobar en el tratamiento del torso del joven
semidesnudo. Por ello, si miramos con detenimiento la obra, podemos ver algunos
descuidos en la ejecución, debido a la inexperiencia en el tema y, por que no,
a la fogosidad de su estilo. Su técnica es deshecha y temperamental, muy acorde con el tema que retrata
en este lienzo, a base de gruesas pinceladas de fuerte empaste. Consigue un
efecto maravilloso al amontonar a las figuras, remarcando así la sensación de
desesperación.
BIBLIOGRAFÍA/WEBRAFÍA
BAZÁN DE HUERTAS, Moisés: Arte Neoclásico y del siglo XIX en España.
MARTÍNEZ BUENAGA, Ignacio;
MARTÍNEZ PRADES José Antonio; MARTÍNEZ VERÓN Jesús, Historia del Arte. Paterna (Valencia) 1998. Editorial ECIR
VV.AA.: La guía del Prado. Madrid, 2014.
DESTINO CASTILLA Y LEÓN: http:/www.destinocatillayleon.es
ESPAÑA ETERNA: http:/www.espanaeterna.blogspot.com.es
HISTORIA DE IBERIA VIEJA: http:/www.historiadeiberiavieja.com
MUSEO DEL PRADO: http:/museodelprado.es
GALERÍA DE IMÁGENES
Miriam Reyes
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