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Autorretrato 1660 |
Las mujeres en la Europa
de la Edad Moderna no tenían prácticamente independencia social ni legal. Para
sobrevivir en un sistema que no estaba a su favor tuvieron que demostrar que
tenían al menos el mismo grado de talento que los hombres, y muchas fueron el
sostén económico de sus familias u órdenes religiosas. Cualquier discusión sobre
la historia de la mujer en el arte comenzaría, como no, con una artista
italiana. En esta ocasión os voy a hablar de Elisabetta Sirani.
La artista
Elisabetta
Sirani (Bolonia, 1638 – 1665) fue una pintora italiana de
estilo barroco, una de las últimas representantes
de la brillante escuela boloñesa y de las primeras mujeres artistas en
conseguir proyección internacional.
Hija de Giovanni Andrea Sirani (1610 – 1670), artista formado por el
gran Guido Reni que abre su propia academia de pintura donde formará a sus
hijas. Era muy común que las artistas de la época recibieran formación en el
taller paterno, ya que no podían acceder
a una academia. Allí aprendería copiando directamente de estampas, pues las mujeres
no podían copiar anatomías del natural, lo que explica su escasa destreza en el dibujo anatómico.
Aunque en principio Giovanni rechazara la idea de que su hija se convirtiese
en pintora, la joven recibe el apoyo del conde Carlo Cesare Malvasia, quien
luego se convertiría en su biógrafo, comenzando su carrera como pintora en el
año 1650. Más adelante, al enfermar su padre de gota, llegó a gestionar el
taller familiar y mantener a su familia con su arte.
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San Jerónimo en el desierto, una de sus primeras obras |
La fama
La necesidad económica fue
uno de los motivos que impulsó a muchas mujeres de la época a formarse como
artistas, pero la sociedad dictaba que no podían hacerse notar tanto en el mercado
público como los artistas masculinos. La promoción y las ventas, por lo
tanto, sucedían en el ámbito privado, a través de familiares y el boca a boca. Aun así, Sirani alcanzó pronto su renombre en Europa. Su especialidad
fueron las pinturas religiosas, y entre sus clientes se encontraba el Gran
Duque Cosme III de Médici.
En 1660 funda la primera
Escuela de arte para mujeres. Pero su enorme fama, calidad y
rapidez de ejecución hizo dudar a muchos sobre la autoría de su obra, por lo
que la artista hizo demostraciones públicas en respuesta a estos incrédulos,
llegando a convocarlos el 16 de mayo de 1664 para que fueran testigos de cómo
pintaba. También solía recibir
en su taller a todos aquellos interesados en presenciar su proceso pictórico.
En agosto de 1665, con tan sólo 27 años,
enferma súbitamente y muere, lo que llevó a pensar a un envenenamiento por el
que se abrió una investigación. Aunque finalmente la autopsia reveló que su
muerte se debía a una peritonitis ulcerosa, hoy se cree que la presión bajo la cual trabajaba fue probablemente la
causa de su enfermedad.
Su funeral se realiza con
grandes honores, con un catafalco que contenía una efigie en tamaño natural de
la artista sentada frente a su caballete. Su prematura muerte limitó su
carrera a apenas una década, pero dejó una producción increíblemente amplia:
200 pinturas, a las que se suman numerosos dibujos y grabados.
Los restos de Elisabetta reposan
junto a los de su maestro Guido Reni bajo la misma placa conmemorativa, en la
Basílica de Santo Domenico de Bolonia. Esto la sitúa como incuestionable heredera
del gran maestro boloñés y su escuela.
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Lápida de la tumba de Elisabetta Sirani y Guido Reni |
Su estilo y obras
Sirani será heredera del estilo
clasicista de su padre y en consecuencia de Guido Reni, junto con el gusto por
el color y las formas suaves de Rafael Sanzio. El estilo de Guido era muy
popular y las obras que salían de su taller abastecían a una enorme clientela,
nobles y aristócratas de toda Europa, que más tarde lo serían de Sirani y su
padre.
Por lo general, sus composiciones
son de formato medio y simples en cuanto a diseño, manteniendo un tono
agradable, decorativo, de emociones contenidas, composiciones simples de
indudable atractivo comercial. Probablemente
su temprana muerte truncó una carrera que pudo haber
evolucionado hacia el barroco decorativo que abanderó Luca Giordano.
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Bautismo de Cristo (1658) |
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Virgen con el Niño (1663) Retrata a María como una joven madre que lleva un turbante y la ropa sin adornos típica de una campesina boloñesa |
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Autorretrato (1658). También realizó autorretratos demostrativos, como era costumbre entre las artistas femeninas, como prueba y testimonio de sus habilidades |
Sus temas
son históricos, religiosos y mitológicos. En su
temática religiosa tuvo gran aprecio de la Iglesia, que le hizo varios
encargos, entre los que se encuentra “El Bautismo de Cristo” para la Cartuja de
Bolonia.
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Porcia hiriéndose en el muslo (1664) |
Su
obra más destacable es “Porcia hiriéndose en el
muslo”
(1664), Representa a Porcia, esposa de Brutus hiriéndose el muslo para
demostrar su valentía y probar a su marido que es digna de su confianza,
cualidad asociada comúnmente con los hombres. Del mismo modo que Elisabetta
debía mostrar su talento artístico, asociado también al hombre, ante aquellos que
la ponían en duda. Sin duda Elisabetta también supo demostrar su buena
educación a través del conocimiento de las fuentes clásicas.
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Judith con la cabeza de Holofernes |
En Judith con la cabeza de Holofernes
(c.1665), a
diferencia de su casi contemporánea Artemisia Gentilleschi, nos muestra a una
Judith gentil, delicada, que gira su cabeza para no ser testigo de la
decapitación, en una obra cargada de belleza en el color, con una pincelada
virtuosa y limpia.
Legado
Elisabetta engloba el
talento y fuerza creativa de esas mujeres que, debido a las condiciones de su
género, se enfrentaron a todo desafío en su camino para convertirse en artistas
profesionales. Durante su vida, su obra fue aclamada por escritores, como fue
el caso de Malvasia en su “Felsina
Pittrice” de 1678 donde la declara heredera directa de la obra de Guido
Reni, sus comitentes y otros patrocinadores la consideraron ejemplo de logro y
erudición. Su reputación quedó cimentada durante su época, por eso nos es obvio
que ha sido la historiografía tradicional quien ha expulsado a Elisabetta (y
las mujeres en general) del discurso de la historia del arte.
Cleopatra |
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Timoclea matando al capitán de Alejandro Magno (1659) |
Bibliografía / Webgrafía
Modesti, Adelina. (2014)
Elisabetta Sirani 'Virtuosa': Women's Cultural Production In Early Modern
Bologna.
Baker, Nancy. (2018).
Elisabetta Sirani: her life, her influence, and her legacy.
Soto
Caba, Victoria. (2016) Los Realismos en el Arte Barroco.
Rosario Quirós
Muy buen artículo divulgativo y necesario el mensaje de la exclusión social de la mujer en la historiografía. Saludos
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