FICHA TÉCNICA
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
También conocida como “La Dama de
Escalot”, esta obra representa los versos
de un poema de Tennyson, poeta victoriano, que versan sobre una leyenda artúrica. Dicho poema inspiró
tres obras de Waterhouse: La dama de
Shalott (1888), La dama de Shalott
mirando a Lancelot (1894) y “Cansada
estoy de las sombras” dijo la dama de Shalott (1915).
Este poema narra la leyenda artúrica de
la dama de Shalott, llamada Elena o Elaine, quien sufría una maldición y no podía mirar por la ventana de la torre en
la que vivía. Pasaba sus días tejiendo tapices en los que representaba lo que veía a través de un espejo que había colocado
estratégicamente para ver el exterior. Precisamente, lo que veía era Camelot, así que tejía las aventuras del Rey Arturo y los
caballeros de la Mesa Redonda. Hasta que un día el espejo le mostró el reflejo
de Lancelot, quien provocó en Elena
un enamoramiento súbito, de tal
manera que ella se giró hacia la ventana para verle. Entonces, sabiendo que la maldición la llevaría a su muerte antes
del amanecer, se embarcó por el río intentando alcanzar Camelot y conocer a
su amado antes del nuevo día. Pero murió.
La representación de temas artúricos es
una constante en la pintura prerrafaelita, y el tema de la dama de Shalott
tiene una potencia singular ya que encarna el
deseo de alcanzar Camelot. Para los prerrafaelitas, disconformes con la
sociedad de su tiempo, la vista al pasado era una forma de escape, representaba la gloria perdida del pasado, y
ellos mismos hubieran navegado desesperados hacia Camelot metafóricamente.
ANÁLISIS FORMAL
Compositivamente y temáticamente, esta
obra encuentra su paralelo en la también prerrafaelita “Ofelia” de Millais. La composición de la obra es horizontal, con las líneas marcadas
por la propia barca, el río y el paisaje. La protagonista hace de eje vertical,
situada al centro de la obra. No se aprecia dinamismo alguno, lo cual tiene sentido
dado que se puede deducir que acaba de
partir, pues aún se aprecian las escaleras en la izquierda. La mirada de la
dama de Shalott se dirige hacia un plano fuera del cuadro, indicando la lejanía de Camelot y dando profundidad a la
representación pictórica. La joven aparece en una actitud melancólica y desencantada, aspecto que se ve no solo en su rostro
sino también en la quietud de sus brazos y su cuerpo.
La vegetación de fondo, pese a estar
dispuesta verticalmente, da tal sensación de uniformidad que apenas rompe la horizontalidad de la obra.
Las líneas son difuminadas, no especialmente marcadas. La luz es tenue, oscura,
nos indica que está anocheciendo. El
color es suave, lo que más destaca es el
tapiz que la joven lleva consigo. Este cuadro transmite sensaciones muy
potentes, es casi palpable la tristeza
de la joven, quien, pese a tener la última esperanza de que llegará a Camelot, es consciente de que va a morir.
Simbólicamente es una obra cargada de
referencias. El propio tapiz nos muestra
escenas de Camelot, las mismas que veía día tras día Elena desde su
ventana. Vemos en la barca una figura de
Cristo, aspecto que se entiende dentro de la religiosidad del momento y de
la inminente muerte de la joven. También vemos
tres velas, pero solo queda una encendida. Es una alusión a la llama de la
vida, que poco a poco se apaga para la protagonista. En la barca se aprecian
unas letras grabadas, que de acuerdo a la leyenda dirían “Dama de Shalott”. Otro elemento interesante son las cadenas de la
propia barca que suelta para poder navegar, ya que podrían aludir a que ella
misma se ha quitado las cadenas de su
condena en la torre, aunque la libertad le vaya a suponer la muerte.
EL POEMA
Los versos concretos de Tennyson que
inspiran esta escena, traducidos, dicen así:
“Y en la oscura extensión río abajo
-como un audaz vidente en trance,
contemplando su infortunio-
con turbado semblante
miró hacia Camelot.
Y al final del día
la amarra soltó, dejándose llevar;
la corriente lejos arrastró
a la Dama de Shalott.
.
Yaciendo, vestida con níveas telas
ondeando sueltas a los lados
-cayendo sobre ella las ligeras hojas-
a través de los susurros nocturnos
navegó río abajo hacia Camelot;
y yendo su proa a la deriva
entre campos y colinas de sauces,
oyeron cantar su última canción
a la Dama de Shalott.
.
Escucharon una tuna lastimera, implorante,
tanto en alta voz como en voz baja,
hasta que su sangre se fue helando lentamente
y sus ojos se oscurecieron por completo,
vueltos hacia las torres de Camelot.
Y es que antes de que fuera llevada por la corriente
hacia la primera casa junto a la orilla,
murió cantando su canción
contemplando su infortunio-
con turbado semblante
miró hacia Camelot.
Y al final del día
la amarra soltó, dejándose llevar;
la corriente lejos arrastró
a la Dama de Shalott.
.
Yaciendo, vestida con níveas telas
ondeando sueltas a los lados
-cayendo sobre ella las ligeras hojas-
a través de los susurros nocturnos
navegó río abajo hacia Camelot;
y yendo su proa a la deriva
entre campos y colinas de sauces,
oyeron cantar su última canción
a la Dama de Shalott.
.
Escucharon una tuna lastimera, implorante,
tanto en alta voz como en voz baja,
hasta que su sangre se fue helando lentamente
y sus ojos se oscurecieron por completo,
vueltos hacia las torres de Camelot.
Y es que antes de que fuera llevada por la corriente
hacia la primera casa junto a la orilla,
murió cantando su canción
la Dama de
Shalott.''
BIBLIOGRAFÍA/WEBGRAFÍA
TRIPPI, Peter: J.W. Waterhouse. Londres,
2004.
JOHN WILLIAM
WATERHOUSE, (Consultado: 16/01/2018):
TATE BRITAIN, (Consultado: 16/01/2018):
GALERÍA
DE IMÁGENES
Detalle del rostro |
Detalle de los bordados del tejido |
Velas, crucifijo y leyenda |
Me encanta el prerrafaelismo... Tiene las obras del romanticismo mas interesantes. Genial comentario, seguid así!
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